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martes, diciembre 3, 2024

CASO RUBIALES II

En mi anterior artículo (por la boca muere el pez) hacia referencia al “controvertido personaje” de Rubiales, que está siendo devorado por “culpa propia”, y decia y me ratifico que un personaje de esta enjundia no debe estar ni un minuto más al frente de la Federación Española de Futbol ni de ningún cargo representativo. 

Es más, estoy plenamente convencido que si hubiera dimitido (como era y sigue siendo lo lógico), no estaría ahora mismo metido en el lio mediático y judicial que se está entretejiendo, porque se han entremezclado su despotismo con el feminazismo, generando una absurda tormenta en los medios, aumentando el caso como una bola de nieve hasta el punto que se ha conseguido formalizar en tiempo de descuento por la Fiscalía una denuncia por agresión sexual y coacciones, avalada por la denuncia de la futbolista. 

Pues bien, con lo despreciable que es este personaje, que, como decia y me ratifico, víctima de sus excesos, la via judicial emprendida con calzador, en mi opinión, tiene poco o nulo recorrido, y espero que la Justicia acabe imponiendo la cordura ante tanto desatino por todas las partes. 

Todos los que hemos visto el “pico”, tanto antes, como durante y después, no puede afirmarse categóricamente como exige nuestro Código Penal, que dicho gesto (insisto, totalmente improcedente y fuera de toda lógica en un escenario internacional, y totalmente impropio de un representante publico o cuasi publico) sea enmarcable ni en el delito de agresión tipificado en los arts. 178 y ss CP., porque el “dolo” no existe por ningún lado, ni se desprende tampoco del comportamiento de la “presunta víctima” en el momento ulterior, con cava de por medio y pensando en prolongar la fiesta en Ibiza, insisto a la luz de las garantías constitucionales que en materia de enjuiciamiento penal presiden nuestro ordenamiento jurídico. 

No quiero en este artículo profundizar ni desgranar los detalles y las específicas circunstancias no solo de la falta de pruebas sólidas y del aludido dolo (voluntad expresa de querer cometer dicho delito), sino también de las circunstancias de la peculiar denuncia de Jenni Hermoso (en el último minuto, bajo la presión mediática) para afirmar, bajo mi punto de vista,  que Rubiales pueda ser procesado, o en su caso, condenado por el pretendido delito de agresión sexual, y creo con toda probabilidad saldrá absuelto, pero desde luego, me parece repugnante que puedan existir personajes de tal calado al frente de cualquier estamento. 

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