Hoy, día 31 de Enero, tuve la fortuna de asistir, en representación de Cantabriapress como a título personal (me une cierta amistad y admiración), a la magnifica conferencia de D. Juan G. Bedoya, con motivo de los actos del 42º Aniversario del Estatuto de la Comunidad Autónoma de Cantabria, habiendo resultado ser un éxito total de aforo, y sobre todo, mucho cariño hacia esta persona de todos cuantos acudimos, por la cantidad de anécdotas que nos contó.
Sin perjuicio (ni prejuicio) de, como digo, mi admiración personal y profesional hacia Juan G. Bedoya, cuyo currículum es impresionante (Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra -Opus Dei-, Director de la Hoja del Lunes, periodista de Alerta, Gaceta, y de diversos medios de comunicación nacional e internacional, y uno de los Redactores-Jefe de “El País”, donde sigue colaborando), y en este sentido, Juan Luis Cebrián (Ex Director del País y miembro del Consejo de Prisa), manifestó en su día que Juan G. Bedoya era una de las cinco mejores plumas periodísticas del Estado Español, y al margen de su carrera política, fue Diputado Regional en diversas legislaturas y Senador por el PSOE, para mí lo que define a su persona es su integridad moral, coherencia política, y comprometido con la verdad (su verdad) y con Cantabria, aderezado con su profesionalidad periodística.
En efecto, hoy, como digo, el patio del Parlamento de Cantabria estaba totalmente abarrotado de gente de todo tipo de tendencias, además de los ex presidentes Martínez Sieso, Ignacio Diego, y Revilla, y de todos cuantos acudíamos conscientes de que Juan no nos iba a defraudar, pues estábamos convencidos que íbamos a escuchar a uno de los Notarios de la historia reciente de nuestra Comunidad, pero además uno de sus protagonistas, y tengo que confesar que me quedé corto, puesto que nos dio una lección magistral de “verdadero periodismo”, de datos de la transición Española y de la gestación de la Comunidad Autónoma, hasta conseguir dicho estatus hasta el presente momento.
En efecto, y con la máxima síntesis que me sea posible en estas líneas (su conferencia duró cerca de hora y media) comenzó diciendo que el “periodismo es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente” (en libertad).
Los elementos de esta profesión, de servicio publico, son cuatro puntos, a saber, la 1ª), la verdad, 2º) independencia, respecto a los que informa, 3º) ejercer un control del poder (decirle lo que no quiere oír) y por último 4º, un foro publico de que oír a la gente las críticas del medio en defensa de la pluralidad.
Nos manifestó, que en un momento de su vida tuvo que decidir entre la “libertad o irse del país”. Optó por la Libertad, en tiempos de Franco, y ello implicaba “mirar al poder a los ojos y decirle lo que no quería oír”, con los riesgos correspondientes (tuvo varias declaraciones ante los Juzgados), a los que declaraba que lo que publicaba “era sin mala intención”, lo que fue el titular de sus editoriales en la Hoja del Lunes, periódico del que fue director durante la transición española.
Como digo, Juan nos ha dado una charla magistral (que por cierto grabé y que debería ser estudiada en la Facultad de Periodismo o Ciencias de la Información- de hecho había varios estudiantes tomando notas-) , y en este sentido dio unas cuantas claves totalmente necesarias en la banalidad periodística de hoy día. Juan estuvo comprometido con la verdad (aunque se considere un desafío), y en este sentido fue, y sigue siendo, una persona independiente, una honesta, pues no se plegó a intereses económicos ni políticos, pagando el oportuno coste (fue objeto de amenazas, detenciones, daños en sus coches y de un paquete bomba) y comprometido con la sociedad civil y su querida Cantabria (especialmente Liébana).
Además, es una un persona culta, elegante (su estética es la propia de un gentelment), y fiel a la realidad del momento (aunque incomodaran al stablisment), sus noticias estaban contrastadas y sometidas al tamiz de la realidad de los hechos, pero con la serenidad de un cronista, y de un intelectual, no en vano dispone de una biblioteca de más de 20.000 libros, y eso se nota en las citas y el conocimiento explicado en sus magníficos artículos preñados de un clasicismo visceral.
Desde el punto de vista periodístico, como digo, fue notario y, a su vez, protagonista de la transición y prestó a todo el mundo sus páginas en los distintos medios para promover (y relanzar), la Autonomía de Cantabria, hacia los protagonistas de la época, Revilla, Justo de las Cuevas, Del Piñal, Piñeiro, Ambrosio Calzada, Santiago Diaz, o Jaime Blanco, etc., y un largo etcétera. Nos ha contado numerosas anécdotas.
Es obvio que, complementariamente a la faceta periodística, fue protagonista político (Diputado y portavoz regional en el PSOE y Senador), contándonos interesantes anécdotas en todos los aspectos.
Acabó su charla con una prolongada ovación de todos cuantos acudimos, y desde luego debemos felicitar al Parlamento de Cantabria el haber pensado en este protagonista de primer orden para recordar la historia reciente para preludiar el ciclo de homenaje con motivo del 42 Aniversario del Estatuto.
Yo hace tiempo que le dije a Juan (por wasap, supongo que lo recordará) que, a mi juicio, era y es la persona idónea para escribir, y datar, tanto con sus crónicas en los distintos medios desde los años 70, bajo la columna “sin mala intención”, como en su vertiente política, la historia de Cantabria, con más criterio que Revilla. Sirvan estas líneas para darle mi modesto homenaje, y animo, para que atreva a publicar, reescribir sus crónicas (con vigencia hoy día), y aportar más datos para que las generaciones futuras conozcan toda la verdad. Un abrazo.