Sánchez acaba de ser investido con 179 votos, conformado por el segundo partido más votado (PSOE) y otros siete partidos minoritarios, obviando a la primera fuerza ganadora PP que junto a la tercera VOX suman 171, y ello debido a la aritmética parlamentaria que en su día le ya le permitiera acceder a Moncloa con la singular “moción de censura” frente a Rajoy.
De hecho Feijoo, al que he visto muy resignado en ese debate de investidura, poco convincente y contundente como la ocasión requería, ha reconocido la “legitimidad” de Sánchez, tras haber alcanzado los votos aprovechándose de la matemática, o legalidad parlamentaria que no tiene porqué coincidir con la mayoría real y democrática ciudadana, lo que son cosas muy distintas, y todo ello tras contradecirse y plegarse a las exigencias de un “presunto delincuente” lo que resulta inaudito en si mismo, ocultando o reservando sus intenciones a su electorado en campaña.
El argumento utilizado para su justificación: “por el bien de España y de la convivencia”, no tiene un pase, y además no se le cae la cara de vergüenza por el alcance de esta peligrosa medida desde el punto de vista de la coherencia y de la Justicia social, por mucho que pretenda vender la inconcebible “amnistía” (y luego los referéndum vasco y catalán) de Ley acorde a la legalidad constitucional lo que es un insulto a la inteligencia, aunque veremos cual es el veredicto final.
En el discurso de investidura manifestó tener 12.610.939 votos (PSOE, SUMAR, ERC, JUNTS, EH BILDU, PNV, BNG y CC) 51% 179 votos, respecto al bloque ultraderechista PP, VOX y UPN 11.270.025 votos (45,7%) 171 diputados.
Esto es, Sanchez ha metido en el mismo cesto a algunas fuerzas (con sus respectivos votantes) que están en el Parlamento, especialmente en el Congreso, por imperativo legal pero no con espíritu constituticionalista. Cierto es que están representadas mediante el sistema democrático por el que se rige nuestro ordenamiento jurídico, pero no es menos cierto que sus actos van encaminados a dinamitar la Constitución y su separación de España como lo vienen demostrando sus actos desde su promulgación y en su ADN político.
En efecto, exceptuando el PNV, al que aplicamos el beneficio de la duda y CC (1), tienen como objetivo de origen la independencia del Estado Español. De hecho ERC (7diputados), mantiene este discurso hasta el punto que Wikipedia dice que es un “partido de ideología independentista catalana y socialdemócrata, apuesta por la independencia de los territorios que comparten la lengua, cultura y la historia catalana, los denominados «Países Catalanes».29, y lo. Mimsmo de JUNTS JXC (7), se le define “como un partido político español radicado en Cataluña de ideología transversal e independentista catalana, que propugna la confrontación con España como vía para alcanzar la independencia de Cataluña”. y EH BILDU (6) (me ahorro la explicación),
Pues bien, recalco, descontando los votos de estas tres fuerzas manifiestamente inconstitucionalistas con 19 diputados, mas uno de BNG, representan 11.260.366 votos, incluyendo al PNV, lo que representa una inferioridad respecto a la derecha (11.270.025), siendo la diferencia en diputados beneficiosa para los separatistas por la ley D` Hondt.
Todo este popurrí de partidos conforman la “coalición negativa” frente “a las políticas reaccionarias de la derecha y ultraderecha” (Sánchez), y el “el hecho de compartir los estos partidos votantes el deseo de frenarles a ustedes” (el ínclito Rufián), el ustedes son 11.3 millones de votos.
En definitiva, cierto que Sánchez es Presidente, pero no le arriendo la ganancia durante estos cuatro años que tiene por delante, puesto que como se decía en la procesión del Cristo del Gran Poder, “que mal acompañado vas, pues si malo es el de adelante, peor es el de atrás”. La legislatura que se abre estará, sin duda, marcada en el primer punto del orden del día de la agenda por el “debate territorial”, y en este sentido tiene que hilar fino, pues en palabras de Andoni Ortuzar, presidente del PNV, Sánchez, “necesitará todos los votos todo el tiempo”, de tal modo –continua afirmando- “vamos -a remar- todos juntos y tenemos que intentar que no choquen las palas”.
La portavoz de EH BILDU, Mertxe Aizpurúa, fue clara y tajante, y dio un aviso a navegantes de la que se avecina: “esta tiene que ser la legislatura de la plurinacionalidad, y el derecho a decidir de los vascos” (6 diputados).
En definitiva, tras la amnistía, falta poner día y hora para los referéndum catalán y vasco, (susceptibles de manipulación) con delicadas consecuencias como resulten favorables a las pretensiones separatistas, pues no se tratará ya de una encuestas, sino “el principio de fin” con el Estado Constitucionalista del que se prevalen para sus objetivos.
De momento Sánchez, en contra de lo que propugna, ha conseguido una oposición unánime a este diabólico acuerdo en gran parte de la sociedad civil española y en todos los estamentos que la conforman. A ver cuanto le dura la resaca porque el paso que ha dado es muy delicado.
En conclusión, y como decía al principio, una cosa es que Sánchez sea Presidente mediante la legalidad parlamentaria, y otra que su investidura en la coyuntura actual que sea justa, no ya por no haber ganado las elecciones sino por los infundados predicamentos que lo auparon (formando lo que se denomina coalición negativa), haciendo mía la reflexión del Presidente del Tribunal de Nuremberg que condenó a diversos juristas del régimen nazi (Spencer Tracy) en la película “Vencedores y Vencidos”, cuando el Letrado del Juez condenado a cadena perpetua por condenar inocentes, sugiriéndole tras el juicio que la condena seria revocada dentro de unos años por otro Tribunal Superior, respondiéndole “ señor Letrado, es usted particularmente brillante en el empleo de la lógica, por tanto, lo que usted dice puede muy bien suceder, y es lógico en la época que vivimos, pero ser lógico no significa ser justo, y no hay nada en la tierra que pueda hacerlo justo.”
Dicho de otra manera, no confundir “legalidad parlamentaria” con Justicia Democrática.