Estaba claro que la coalición gubernamental estaba seriamente dañada tras la gestión de la pandemia, y especialmente por los resultados electorales de Madrid, con a atronador triunfo de Ayuso, certificando el suicidio político del líder de la formación Podemos Pablo Iglesias, cuya formación ha iniciado el “principio del fin” como le sucedió a ciudadanos tras el desastre de Rivera, caminando hacia el tradicional bipartidismo cohabitando con los partidos independentistas (incluido el PNV).
Es cierto que se esperaban cambios – aunque tradicionalmente las crisis de gobierno se hacen tras el verano- pero según los analistas la remodelación se ha anticipado en base al “éxito del Presidente en la gestión del indulto”, con menos ruido del previsto.
Lo sorprendente ha sido la decapitación publica de sus tres personas de confianza: Carmen Calvo-aunque su salida, al parecer, ha sido voluntaria o pactada camino del control del partido, la de Ivan Redondo (el consiliere y presidente en la sombra) y la del histriónico Ábalos, que, según se deja entrever, le pilló desprevenido pues ni él mismo la esperaba.
Desde luego, se nos ocultan las razones que subyacen tras tan significativas destituciones sin son un simple maquillaje de gobierno, apartando a estos para no salir en los focos, o en verdad, en el caso de los dos últimos, constituyen una inmolación publica a petición de los barones socialistas, que tenían a Sánchez totalmente abducido, especialmente por Redondo (hombre que ni siquiera es del partido, siendo casi un mercenario, como todo el mundo le tilda) atribuyéndole el rotundo fracaso de Madrid.
El caso de Ábalos resulta aun más llamativo, porque además de la fidelidad a Pedro Sánchez al que hacia el trabajo sucio (una versión de Alfonso Guerra pero de perfil bajísimo), era un hombre del Partido Socialista Obrero Español, con amplia trayectoria y curtido en el mismo, y salvo que nos estemos perdiendo detalles (que seguro que sí), esta salida puede tener mucha repercusión porque esta sorprendente destitución puede dejarle al pie de los caballos de la Justicia, que le viene acechando via Venezuela con las ayudas a la compañía aérea Plus Ultra o la ministra Delcy, que sin duda parece traerán cola (y responsabilidades). El tiempo lo dirá.
Sea por la razón que fuere, si estas salidas no han sido consensuadas por Sánchez (cosa que dudo, pues tan imprudente no lo considero aunque esta echando un igualadísimo pulso con Zapatero por ser los peores presidentes de la historia moderna de España), no deberá desconocer que ambos, especialmente Ivan Redondo, fue miembro del CNI y manejan información delicada que puede pasarle factura, al igual que Ábalos, si ha salido resentido, tras una dilatada carrera en el partido, cadáveres ambos que, como se suele decir, acabaran hablando.
Por lo demás, estos cambios, bienvenidos sean, pero aparentemente constituyen más de lo mismo, pues son sustituidos por tres Alcaldesas de localidades menores con importantes responsabilidades sin apenas experiencia, y con muchísimas dudas a la hora de formar equipos en esta situación tan delicada.
En cualquier caso les deseamos suerte por el bien de todos.
