Por Marcelino Pérez
El pasado día cinco de enero, al mediodía, dos grupos de jóvenes acudieron a urgencias en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. La situación de colapso por la avalancha de enfermos de diferentes patologías, más los afectados por el Covid, produjo una larga demora en la atención a quienes esperaban ser atendidos.
Los dos grupos que esperaban ser atendidos iniciaron protestas, primero con gritos y voces, más tarde con destrozo del mobiliario de la sala de espera y finalmente con amenazas y agresiones a médicos y resto del personal sanitario.
Los médicos se vieron obligados a llamar a la policía y cuando llegaron los agentes los jóvenes que esperaban ser atendidos de una grave dolencia, se dieron a la fuga, lo que presupone que no estaban tan afectados por enfermedad alguna.
La información, de fuentes oficiales, no añade cual será el siguiente paso… ¿Quedará este episodio totalmente impune? ¿Se ha detenido a los agresores? ¿Qué medidas se adoptan para evitar nuevos incidentes?
Un hecho es evidente: en admisión de Valdecilla deben constar los nombres y apellidos y demás datos de quienes accedieron a la sala de espera de urgencias, por tanto, se sabe quienes han sido los autores del delito de insultos, agresiones, alboroto y destrozo causado.
Lo ocurrido en Valdecilla es especialmente grave, ya que ha afectado al servicio que el hospital presta a todos los cántabros y ese incidente ha supuesto un retraso a la atención a otros pacientes y una seria perturbación en el funcionamiento de Valdecilla.
Si finalmente no se llama a declarar los protagonistas del incidente de Valdecilla se alfombra el camino hacia la impunidad, a la repetición de hechos similares y, sobre todo, se transmite a la población la idea de que se puede insultar y agredir al personal sanitario sin consecuencia, alguna.
Esta chusma son asesinos de vocación!!! Asesinan la vocación a que los sanitarios empiezan a trabajar con tanta ilusión!!! Las agresiones verbales a los sanitarios deberian ser penalizadas con multas y orden de alejamiento, y las físicas con cárcel por supuesto.