Por Marcelino Pérez.
Hace años, el entonces diputado Miguel Ángel Revilla, realizó unas declaraciones que causaron impacto: El líder regionalista criticó a los “señoritos de pantalón blanco y chaqueta azul” y rememoró aquella canción popular que dice: “Vale más un marinero con su remito en la mano, que cincuenta señoritos por el muelle paseando”. Era el inicio del enfrentamiento entre la Cantabria rural que representaba el PRC y la Cantabria urbana, en la que los regionalistas siempre obtenían peor resultado que el de su media regional.
Desde entonces el PRC ha visto como Santander era su flaco débil, ya que no lograba llegar a la alcaldía, ni siquiera con su aliado socialista. Es más se ha visto relegado a la tercera fuerza en Santander, cuando gano con rotundidad en Cantabria. Ahora ha dado un vuelco total y trata de llegar a los santanderinos con la vieja receta de los que antes llamaba “señoritos”. El número uno en la lista regionalista para Santander es Felipe Piña, un alto cargo gubernamental con excelentes relaciones, barco en el Real Club Marítimo y, la número dos, María Victoria Fernández, también alta funcionaria y socia del Real Club de Tenis, sociedad en la que ha sido miembro de la junta directiva.
Un cambio revolucionario que entra de lleno en la burguesía santanderina y que trata de eliminar esa imagen “pueblerina” de un regionalismo de albarca y canciones montañesas.
La apuesta es arriesgada, pero en el PRC han pensado, con buen criterio, que visto que lo de siempre no funciona en Santander, nada se pierde por buscar nuevas vías. En este caso los regionalistas tratan de pescar votos en el caladero del PP y mantener los escasos resultados de elecciones anteriores. También el PRC busca en el caladero de Ciudadanos, partido que podría desaparecer en Santander.
El PRC opta por altos funcionarios del gobierno regional y por personas con honda vinculación con las “familias” santanderinas. Hacen campaña en el Tenis y el Marítimo… solo les falta el Golf, coto del PP, con algún disidente que vota VOX.