Se enfrentaban en los Campos de Sport dos de los equipos más en forma de la Primera RFEF, que además de encadenar sendas rachas sin conocer la derrota y ocupar puestos de Play Off, contaban con el prestigio de ser el mejor local y el mejor visitante respectivamente. Mientras que los de Aitor Zulaika llegaban a Santander con la intención de poder acercarse a los puestos de cabeza, los racinguistas lo hacían con la clara de intención de reencontrarse con una victoria que diese carpetazo a un mes de febrero casi perfecto.
Sol, buena temperatura, aniversario, un Sardinero más poblado de lo habitual y el posible asalto al liderato eran los alicientes de un partido que comenzaba con un Racing que a diferencia de otras tardes, salía a buscar al rival, tratando de llevar la iniciativa y subiendo la línea de presión hasta el área visitante.
El guion parecía estar muy claro y las ocasiones no tardarían en llegar, con un Cedric que se internaba por el perfil zurdo y disparaba al palo, cuando todavía no se habían superado los diez primeros minutos. Pero como diría Vujadin Boškov «el fútbol es imprevisible porque todos los partidos empiezan 0-0» y es por ello que sucedió precisamente lo que menos se podía prever, el Real Unión ponía el 0-1, dejando helada a la parroquia local, antes del primer cuarto de hora. El tanto, venía tras un saque de esquina en el que la zaga local permitía una peinada en el segundo palo, que precedería al remate desde el área pequeña de Sergio Llamas, el cual abría el marcador.
La ventaja duraría apenas ocho minutos, ya que Pablo Torre ponía la igualada ejecutando a las mil maravillas un cabezazo tras un centro milimétrico de Soko. Con el 1-1 los de Guillermo Fernández Romo lejos de guardar la ropa seguían tratando de remontar el choque frente a un Real Unión, que veía como sus transiciones eran casi siempre anuladas por el doble pivote formado por Fausto Tienza e Iñigo.
Superada la primera media hora, los córner volvían a ser protagonistas, ya que el Racing aprovechaba precisamente un saque de esquina para establecer el 2-1. El centro como no, corría a cargo de un Pablo Torre, que empeñado en ser dueño y señor del partido, ponía el cuero en la cabeza de un Pol Moreno, que haciendo gala de su gran juego aéreo, definía con contundencia.
El tanto del central catalán, hacía vibrar a una afición racinguista que disfrutaba con lo que estaba viendo sobre el terreno de juego, ya que los verdiblancos seguían pasando por encima a un Real Unión totalmente embotellado. El asedio crecía por momentos y sería Cedric quien de nuevo tendría en sus botas dos claras opciones para acabar con su sequía goleadora. El nigeriano primero veía cómo un defensor sacaba su lanzamiento bajo los palos y pocos instantes después como Irazustabarrena le rechazaba otro gran disparo. El rechace, acabaría en pies de un Íñigo que mandaba el esférico al travesaño.
Dos goles parecían poco premio para un Racing que buscaba el tercero antes de enfilar los vestuarios, Y, en este ocasión el fútbol si que sería justo, ya que a falta de tres minutos para el final de la primera parte, Pablo Torre, repleto de «malas ideas«, se aprovechaba de la deficiente colocación de la barrera, para sorprender al meta vasco y poner el 3-1. Un día más el internacional sub-19 demostraba que esta categoría se le queda muy pero que muy pequeña, ya que a su exquisita calidad hoy se unió también una pillería innata para un chico de su edad.
Tras la obra de arte del cántabro, se llegaría al final de una más que entretenida primera mitad, que acabó apremiando el empuje y el juego de los de Fernández Romo.
El segundo acto echaba andar, y ya se vislumbraban ciertos aspectos que habían cambiado en comparación a lo vivido con anterioridad. Ahora eran los de Irún quiénes ejercían un control casi absoluto de la posesión frente a un Racing que se defendía en bloque bajo.
El tiempo transcurría y los de Zulaika buscaban la forma de construir o generar algún desequilibrio a una zaga racinguista que estaba dando una auténtica masterclass de cómo defender sin pasar ningún tipo de apuro. Como luego transmitiría el técnico visitante en rueda de prensa, la superioridad defensiva era tal, que se antojaba complicado hasta que se produjese algún tipo de centro lateral con peligro.
Esta fue sin lugar a dudas la tónica de un segundo asalto en el que los cambios no parecieron surtir ningún efecto para los vascos. Por su parte, Fernández Romo se vio obligado a sustituir a un Unai Medina que caía lesionado y que era reemplazado por Javi Vázquez, fichaje invernal que hacía su primera puesta en escena en el día de hoy.
El partido moría, con una grada que hacía la ola a los suyos y a la que la esperaba una última sorpresa. Esta correría a cargo de un Manu Justo que ponía en el añadido, el 4-1 definitivo, aprovechando una contra articulada por Marco Camus, el cual se deshacía del portero y cedía el gol al atacante vigués.
Con esta victoria los cántabros se colocan líderes, arrebatando la primera plaza a un Deportivo que no pasó del empate (0-0) frente al San Sebastián de los Reyes, y que ve como su rival directo se coloca al mando de la clasificación.
Ficha técnica:
Racing: Parera, Unai Medina (Javi Vázquez, 60′), Mantilla, Pol Moreno, Satrústegui, Íñigo, Fausto Tienza, Soko (Yeray, 71′), Pablo Torre (Sergio Marcos, 75′), Arturo (Marco Camus, 75′) y Cedric (Manu Justo, 71′) .
Real Unión: Irazustabarrena, Gorka Kijera (Elosegui, 83′), Senar, Jagoba Beobide (Elizondo, 64′), Mario Capelete (Temenuzhkov, 78′), Sergio Llamas, Quique Rivero, Erik Ruiz, Miguel Santos, Carlos Bravo ( Pradera, 64′) y Sánchez Romo (Aitor Seguín, 78′) .
Goles: 1-0 (12′) Sergio Llamas, 1-1 (21′) Pablo Torre, 2-1 (32′) Pol Moreno, 3-1 (42′) Pablo Torre, 4-1 (93′) Manu Justo.
Árbitro: Miguel González Díaz (Comité Asturiano). Amonestó a Jagoba Beovide (19′), Miguel Santos (50′), Arturo Molina (69′) y Pol Moreno (93′).
Estadio: Campos de Sport del Sardinero ( 11.142 espectadores).
