Cada vez parece más evidente que en el Gobierno de Cantabria hay facciones bien diferencias que cada una funciona de forma independiente y con sus propios criterios sin que la figura del Presidente controle las dos, como se acaba de comprobar con el asunto del horario del cierre de la hostelería.
Tras el auto, el pasado miércoles, del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), que anulaba el decreto del Gobierno cántabro que mantenía el cierre en primera instancia a las 22,30 a pesar de haberse derogado el estado de alarma, para posteriormente y una vez conocido el auto del TSJC que permitía abrir en función de su licencia a cada establecimiento hostelero, establecerlo a las 01,00 horas.
Recurrido de nuevo por los hosteleros, el TSJC, no solo se reiteró en su decisión sino que además le dio un serio aviso al consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, indicándole que «en un estado de derecho, las decisiones de la Sala son de obligado cumplimiento».
Y así, mientras el Presidente regional, Miguel Ángel Revilla, señalaba el pasado lunes que su gobierno acataría la decisión del TSJC, ayer el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, anunciaba el recurso presentado ante el Alto Tribunal cántabro, criticando su auto al considerar «desafortunado» el criterio que en él se establece, porque para el «Lo que no puede ser es que Cantabria no tenga ningún límite horario en el cierre de la hostelería, que es en este momento lo que hay«, en claro acto de cierta soberbia política.
Mientras Rodríguez decía este martes esto, su Presidente, Miguel Ángel Revilla, decía el día anterior que «lo que tenemos que hacer en un estado de derecho es acatar las resoluciones judiciales» puntualizando además que existen tres poderes como son el ejecutivo, el legislativo y el judicial y que los jueces «tienen la última palabra».
Parece evidente que no hay coordinación dentro del Ejecutivo cántabro, ya que mientras su Presidente y máximo responsable del Gobierno, dice una cosa, su Consejero de Sanidad, del otro partido que gobierna, hace la contraria.