El representante no binario de Suiza, Nemo, al que en RTVE se le ha llamado «elle», ha sido el ganador del Festival de Eurovisión 2024, en una edición que será recordada como la más polémica y vergonzosa que ante se haya celebrado por las situaciones vividas las horas previas a la final y la instrumentalización política que se ha tenido por la guerra de Israel y Hamas.
Nemo, se ha impuesto con 591 puntos en el conjunto de las votaciones a Croacia que lograba 547 puntos, y que, en principio, partía como principal favorita, mientras que Ucrania con sus 453 puntos, lograba la tercera posición.
Por su parte la representación España, a Nebulossa y el esperpéntico tema Zorra, ocupaba el puesto 22 de los 25 representantes de distintos países que había. Nebulossa, logrando solo que cinco de los 37 países del jurado profesional les hayan votado, con un total de 19 puntos, mientras que con el televoto, la cosecha ha sido aún más ridícula, con solo 11 puntos sumando un total de 30 puntos en un ridículo absoluto.
El dato más significativo ha estado en los 12 puntos del televoto que España le ha concedido a Israel, la máxima puntuación, una decisión que ha resonado intensamente tanto en el ámbito político como en el cultural que desmonta el discurso político y del Gobierno español sobre el apoyo a Israel y no a a los palestinos de Hamas.
La la izquierda más radical, ha llevado a cabo una presión constante sobre la representante de Israel, Eden Golan, con abucheos durante los ensayos y en su intervención oficial generando una tensión palpable en cada una de sus apariciones.
De esta forma se vuelve a demostrar las divisiones internas en España respecto a Israel y a otras cuestiones políticas tanto a nivel nacional como en la posición española en aspectos de política internacional.