Está claro, a los ciudadanos se nos ha impuesto el uso de la mascarilla como un sistema imprescindible para evitar los contagios entre la población, en lo que yo vengo a llamar «La Dictadura de la Mascarilla» en el programa «Directo Antolín» que se emite de lunes a viernes (10 a 12) en Cantabria FM (91,3).
En un principio se nos vendió que no era necesario su uso por cuanto no evitaba el contagio. Posteriormente se nos dijo que su uso sólo evitaba que si una persona tenía el virus, no se lo contagiase a los demás, aunque el uso de la mascarilla era opcional. El Gobierno de Pedro Sánchez, establecía un decreto ley el pasado 22 de mayo por el obligaba al uso de la mascarilla siempre que no se pudiera guardar el distanciamiento social. Y por último, ahora se esta extendiendo por las distintas comunidades autónomas, la obligatoriedad del uso de la mascarilla de forma permanente en cualquier espacio público tanto abierto como cerrado, incluso si uno va sólo por la calle o por el campo o la playa si nadie a su alrededor.
Todavía no sé que sentido tiene esta media por cuanto obliga a todo el mundo a llevar mascarilla, esté o no contagiado por el COVID-19, lo cual es ya una auténtica aberración al presuponer que todo el mundo puede tener el virus cuando está demostrado que es todo lo contrario y si no, no hace falta nada más que ver los datos de los contagiados con respecto a la población que hay en cada región.
El problema está en lo que yo he llamado también «La Obediencia de la Manada». La mayor parte de los ciudadanos, acepta las normas impuestas por los distintos Gobiernos, sin pararse a pensar si realmente es necesario o no o si tiene sentido que haya que tener esa obligatoriedad aunque esté más solo que la una. Y todo porque la mayoría de los medios de comunicación, en especial las televisiones estatales, ya se han encargado de bombardearnos las 24 horas del día con noticias y opinadores que hacen campaña por esa necesidad de que todos llevemos mascarilla siempre y del miedo a contraer el dichoso coronavirus.
Sinceramente, no se que se esconde detrás de todo esto, pero tengo claro que algo hay y que con el tiempo se descubrirá. El COVID-19, es un virus que se propaga rápidamente, es cierto, pero no es menos cierto que en China, por ejemplo, la tasa de mortalidad de las personas infectadas que tienen hasta 40 años es del 0,2%, pero entre los que tienen 70 y 79 años, se incrementa a un 8%, mientras que a partir de los 80 años, la cifra aumenta a un 14,8%. Según un análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los casos registrados en China, las personas mayores con enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer, corren mayor riesgo. Que quiero decir con esto, que las personas de riesgo deben tener una precaución máxima y que el resto que lo pase, o no se enterarán o lo pasarán como una gripe normal y corriente.
Entonces, donde está realmente el problema? es algo que seguro con el tiempo se conocerá de verdad, mientras seguiremos con «La Dictadura de la Mascarilla» y «La Obediencia de la Manada».
