Después de disfrutar de unas magnificas vacaciones en el palacio de La Mareta, retornó el señor Sánchez a su campaña publicitaria.
Da igual que por medio haya personas que sufran y que llegan en un estado de “shock”, como son las personas que han podido salir del horror de la guerra y de la locura de los talibanes.
Resulta, que ahora los medios de comunicación imputan el buen trabajo realizado por la tropas españolas y por la magnífica labor del embajador, que por cierto había sido cesado por el señor Sánchez, antes de irse de vacaciones (menudo ojo clínico).
Es decir, una labor profesional que también han realizado la mayoría de los ejércitos europeos y para la que por cierto contamos con aviones nuevos, recién puestos en servicio, el A-400, es mérito del gobierno del señor Sánchez.
Resulta que se prepara por parte de los aliados una salida precipitada y mal organizada y el mero hecho que nuestros militares profesionales hayan hecho muy bien su labor, sirve para que el señor que estaba de vacaciones presuma.
¿De que se puede presumir?. ¿De cumplir con la obligación?.
El gobierno no tiene nada de qué presumir, sino el conjunto de la nación española de tener buenos profesionales en el ejército, pero sin quitar ningún mérito, todo lo contrario, están entrenados para ello, a pesar de los pocos medios que muchas veces tienen que tapar con su esfuerzo personal.
No hemos visto ningún presidente, “sacar pecho” de un fracaso, como ha sido la salida de los aliados de Kabul, sólo desde la arrogancia más extrema, se puede utilizar el sufrimiento de otros, junto con el buen trabajo de las tropas para “sacar pecho”, increíble pero cierto.
