Se han puesto muy pesados y repetitivos, además de desagradables, diferentes dirigentes europeos, con el “matraca” de la guerra en Europa, con una fiebre armamentista desconocida en el viejo continente en defensa de Ucrania, cuando el conflicto viene de lejos y Rusia ni a corto ni a medio plazo esta en condiciones económicas ni sociales para ser una amenaza real, evidentemente, mientras sea una potencia nuclear deberá ser vigilada, como lo ha sido en realidad desde el fin de la guerra mundial.
El último personaje, que ha hecho declaraciones con amenazas bélicas, ha sido Donald Tusk, Primer Ministro de Polonia, no porque ganara las elecciones, sino porque formó un frente con toda la izquierda de Polonia para gobernar, un personaje, que no se que tiene de persona de centro derecha, un “globalista”, como demostró cuando estuvo en la Comisión Europea.
Este personaje de gesto duro, hasta desagradable, nos habla de guerra como algo inevitable, cuando su obligación debiera como la de el resto de dirigentes ,negociar con Rusia, sin pausa.
¿No quieren hablar de negociación?, cuando es lo que realmente quiere la población europea, a la que nadie consulta.
¿Dónde están las organizaciones por la paz?, ¿Dónde están los estudiantes, lo jóvenes ante la posición lamentable de unos dirigentes europeos, interesados en gastar y gastar dinero en armamento, cuando casi todos los servicios públicos se deterioran y mientras sigue aumentando la deuda de los países sin control.
No hace falta estar muy informado para darse cuenta, que la clase dirigente en su casi totalidad, pretende ocultar sus continuos fracasos, su ingeniería social y su falta de ética y valores.
No, no queremos la guerra y exigimos negociación y acuerdo con Rusia, por mucho que Biden y sus patrocinadores les pueda interesar otra cosa.
Las instituciones que gobiernan occidente hace mucho que han sido secuestradas y suplantadas por organizaciones que actúan al margen de los intereses de la población, en general. Sometiendo a las “democracias” a sus propios intereses.