El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a anunciado este lunes que seguirá al frente del Ejecutivo español, tras hacerse la víctima tanto el como su mujer Begoña Gómez.
En una comparecencia llevada a cabo a las puertas de La Moncloa, y tras comunicárselo con anterioridad al Rey, Felipe VI, ha dicho que seguirá al frente del Gobierno, con más fuerza que nuca, en una decisión que ha tomado tras ver el apoyo recibido de su partido el PSOE.
Tras un inicio victimista, donde ha hablado de difamaciones periodística tanto a el como a su mujer Begoña Gómez, que en ningún caso ha llevado a los tribunales, ha continuado, girando su discurso en un tono más amenazante contra todos a aquellos que considera su enemigos, como son la oposición, los jueces y los medios de comunicación no afines contrarios a su ideología.
«He decidido seguir», señalaba Sánchez, presentándose como víctima de una «campaña de descrédito» contra él y su mujer, Begoña Gómez que llevan «diez años» sufriendo el acoso. «Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política», y la pregunta ha sido contestado, si le merece la pena.
Entre las frases más destacadas del discursos de Sánchez están que «No se puede confundir libertad de expresión con libertad de difamación». «O decimos basta o esta degradación de la vida pública degradará nuestro futuro condenándonos como país», la sociedad española necesita una «reflexión colectiva que abra paso a la limpieza, a la regeneración, al juego limpio». «Pongamos fin a este fango».
Todo un propósito de intenciones el discurso de Sánchez, que pone en alerta tanto a la oposición, como a los medios de comunicación y jueces a los que considera ahora mismo sus grandes enemigos.