El Gobierno de España, acaba de ordenar el gasto de 1.130 millones en defensa, a pesar de que no tenemos presupuestos.
Es muy peligroso, el militarismo que se está tratando de instalar en Europa, con la obsesión de ganar la guerra de Ucrania, algo que por le momento no es verosímil.
El asunto del conflicto de Ucrania, tiene sin duda “gato encerrado”: porque no se negocia, no se da sensación de querer parar la guerra en la que tantos de jóvenes, casi niños están muriendo por los dos lados, mientras estos políticos europeos, nos hablan de riesgo de agresión en un futuro que desconocemos por parte de Rusia.
Los mismos, que visitaban a Putin, los mismos, que facilitaban que los oligarcas rusos se instalaran en Londres, Paris o Marbella, ahora nos hablan de riesgos.
La sensación es evidente: se quiere reactivar la industria militar, en la que seguro algunos dirigentes del globalismo habrán invertido antes y ahora, hay que enriquecer de forma indirecta a estos personajes.
La industria de armamento, tradicionalmente es experta en crear comisiones multimillonarias, basta recordar Loocked, al principio de los ochenta, fue todo un escándalo en Estados Unidos con ramificaciones en Japón, Holanda y otros países.
Las comisiones, por supuesto serán de apariencia legal o legales, siempre tienen los mismos destinatarios, es decir, dirigentes mundiales que más parecen marionetas que personas responsables.
La misión de los políticos, es evitar conflictos y negociar para evitarlos y no es la tratar de crear miedo y justificar el belicismo.
Como prevención, y dada la experiencia, lo mejor es no creer casi nada de lo que nos digan los dirigentes mundiales, casi siempre mienten.