Definitivamente, vivimos en una “ciénaga” moral y ética en nuestra representación política.
Ayer, en medio de la perplejidad de las personas de bien, se pudo comprobar como unos grupos políticos que apoyan al Gobierno y son claves en su poder, se retiraron del salón de sesiones, porque no quisieron guardar un minuto de silencio en el Congreso de los Diputados en memoria de los dos agentes de la Guardia Civil asesinados por narcotraficantes.
Por si fuera poco, también pudimos comprobar, como se despreciaba a los enfermos de ELA, que ayer haciendo un gran esfuerzo, viajaron desde diferentes puntos de España, para explicar a nuestros representantes la penosa situación que viven.
Sólo cinco diputados, estuvieron presentes en la sala, en lo que es una muestra de la falta de empatía de nuestra clase política en general y una falta de humanidad.
Mientras, la ley que hubiera permitido una ayuda adecuada a estas personas, duerme en el “limbo” de un cajón, a la espera de su tramitación.
Basta decir, que con unos 150 millones de euros, se puede atender debidamente a todos los enfermos de ELA, que en algunos casos, se encuentran por cuestiones económicas en una situación límite.
Para mayor ignominia, nos enteramos a través de una exclusiva de OK DIARIO, que el Gobierno pretende sustituir la flota de Falcón por modelos más modernos, lo que tendría un coste de 800 millones de euros.
La quiebra ética y social esta llevándose por delante, los mejores valores que puede tener una sociedad y haciendo a la misma, sencillamente insoportable.
