El Tribunal Supremo ha tumbado el nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal de Memoria Democráticas tras anular la decisión adoptada en su momento por el Fiscal General de Estado, que a su vez nombró ella, que la obliga a dejar su plaza actual y pone en el punto de mira a Álvaro García Ortiz.
Se trata del segundo varapalo que recibe tanto el Fiscal General del Estado, en apenas medio año ya que en noviembre anuló también su ascenso a la categoría más alta de la carrera y su designación como fiscal de Sala de lo Militar.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal ha anulado por mayoría el Real Decreto de 13 de junio del año pasado por el cual se designó a Delgado como fiscal de Memoria Democrática y que desde el primer momento era la elegida para el cargo.
el Supremo acuerda la retroacción de actuaciones para que el Consejo Fiscal se pronuncie sobre si concurre o no la prohibición prevista en el artículo 58.1 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal y que fue al que apelaron la mayoría de los vocales del órgano para pedir que antes de deliberar sobre el nombramiento de Delgado se estudiara primero una posible incompatibilidad para el cargo a tenor de las actividades de su pareja Baltasar Garzón, aunque el Fiscal General denegó la suspensión del cónclave.
El Alto Tribunal establece que el asunto relativo a su nombramiento tiene que volver al Consejo Fiscal para que se pueda celebrar el trámite que García Ortiz negó en su momento y que era una posible causa de incompatibilidad de Delgado al cargo al haber un conflicto de interés con Dolores Delgado «por su relación sentimental con Baltasar Garzón», titular del despacho de abogados Ilocad, y también con la Fundación FIBGAR (Fundación Internacional Baltasar Garzón). Los vocales argumentaron que tiene un objeto y una actividad que podría entrar en conflicto con las funciones que la Ley atribuye a al Fiscalía de Sala de Memoria Democrática, algo que denegó García Ortiz manteniendo la reunión del Consejo, que se celebró el 8 de junio del pasado año.