Era la crónica de una muerte anunciada, el desastre se preveía y sólo los más optimistas querían ver un halo de esperanza de que el Racing remontara el vuelo y retomar el camino de buscar las primeras plazas para luchar por su único objetivo que es volver a la Segunda División, pero nada más lejos de la realidad, hoy el Real Unión de Irún ha vuelto a sacar los colores a los jugadores, técnicos y directiva verdiblanca infringiendo una dolorosa derrota por 1-3 a los racinguistas.
Con lo justo y sólo con haber estudiado un poco al Racing el Real Unión de Irún, supo llevarse los tres puntos del Sardinero, en un partido donde los racinguistas volvieron a mostrar su peor cara, incapaces de imponerse a los guipuzcoanos que ya en la primera parte marcaban las diferencias con dos goles en el minuto 40 y el 43 que dejaban prácticamente sentenciado el partido, uno a la salida de un saque de esquina con error de Iván Crespo y otro en un error doble de Figueras y Crespo que aprovecho Madrazo.
Pudo haber cogido aire el Racing si en el inicio de la segunda parte Balboa no hubiera fallado un penalti sobre Jon Ander, pero hasta ahí porque poco más tarde el Real Unión falló lo que podía haber sido el tercero para su casillero particular cuado Madrazo erró a puerta vacía.
En el minuto 75, Cedric anotaba para el Racing, pero siete minutos más tarde en el 82, en otro error de Iván Crespo a la salida de un saque de esquina marcaba el definitivo 1-3 con el que concluiría el partido.
Una derrota que hace que el técnico Aritz Solabarrieta pueda estar viviendo sus últimas horas como entrenador racinguista, tras tres partidos con tres derrotas consecutivas. Si finamente es cesado sería lo lógico que quien le trajo, José María Amorrortu se vaya con él.