España entrará en recesión a finales de este año 2022 o a principios de 2023, según los datos aportados por la La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), tras el deterioro de las condiciones de financiación, que «empieza a ser notable en comparación con el escenario previsto» y al entrar la economía en «terreno negativo».

La AIReF, calcula que un incremento de tipos de 100 puntos básicos a partir de 2023 en las expectativas de emisión de todos los tramos de la curva supondría un aumento de la carga financiera en porcentaje del PIB de 0,5 puntos y un gasto adicional acumulado en intereses en 2026 superior a 17.000 millones de euros, de los cuales 1.400 millones corresponderían a 2023 y es que los intereses de la deuda de España se disparan al 17%, antes de la subida de los tipos de interés.

Para la Autoridad Fiscal las previsiones de recesión son al final de 2022, algo que ya planteó en el mes de agosto, al prever un crecimiento cercano a cero en el tercer trimestre y negativo en el cuarto en consonancia con el enfriamiento europeo.

El crecimiento negativo se mantendrá en el primer trimestre de 2023, lo que supone entrar en una recesión técnica incluso ya en 2022, aunque la AIReF es partidaria de definiciones más completas del término que incluyen el comportamiento del empleo, que en España sigue en positivo.

«En el medio y largo plazo, unos tipos de financiación más elevados acabarán teniendo un impacto significativo en la evolución de la carga financiera y, en caso de no compensarse con ajustes en otras partidas de gato o ingreso, en la senda de deuda», afirman en el informe presentado, Líneas generales de los Presupuestos de las Administraciones Públicas, en el que analiza además de los Presupuestos de 2023, el Plan Presupuestario remitido a Bruselas por el Gobierno el pasado 15 de octubre, con una la «falta de realismo» en las previsiones de gasto del Gobierno, como señala su directora Cristina Herrero.

Avisa, la AIReF, que el déficit y la deuda se van a enquistar y no bajarán del 3,1% y del 110% en un escenario de inflación persistente. Calcula que España no baje del 3,1% en el primero, por encima del objetivo del 3%, y que se enquiste en el 3,3% a partir de 2025. Y que la segunda se sitúe en el entono del 110%, casi el doble del objetivo del 60% y rebasando el 100%, con una inflación que establece del 3,9% para el 2023 y la subyacente en el 4%.