Este jueves día 8 de septiembre supone la vuelta al colegio de los niños de Cantabria que viene marcada por dos situaciones una que la eliminación de las restricciones Covid, a excepción de los autobuses escolares donde se mantiene incompresiblemente la mascarilla, y por la pésima gestión de la Consejería de Educación que dirige la regionalista Marina Lombó, con la adjudicación de plazas a interinos, que ha provocado que medio millar de docentes no conozcan el centro en el que ejercerán este año.
El documento con la resolución de las plazas, que debería haberse publicado el martes, se retrasó hasta el día siguiente “por motivos técnicos” supuestamente, que finalmente se resolvieron por la mañana de este miércoles las de Infantil y Primaria y por la tarde la del resto de cuerpos.
Una situación que ha sido calificada como de «desastre» y de «caos organizativo», por los sindicatos, que han pedido el cese del director general de Personal de la Consejería, Javier Gutiérrez.
Ante esta situación, el propio Gutiérrez ha lamentado lo ocurrido y los «inconvenientes lógicos» que ha generado todo ello, aunque ha querido mandar un mensaje de «tranquilidad» a la comunidad educativa ya que «todas las aulas de todos los centros contarán mañana con sus respectivos docentes».
Lo cierto que comienza un curso educativo con polémica y marcado también por la situación económica de las familias, que no tendrán la opción banco de libros en su mayoría al haber cambiado la mayoría de los textos este año que obliga la ley de Educación.