Según las estimaciones de CaixaBank Research, el PIB de Cantabria creció en 2023 un 1,8%, por debajo de la economía española (2,4%), lastrado por el deterioro de la actividad industrial, en un contexto de menor demanda por parte de los principales socios comerciales. En cambio, destacó el buen comportamiento de los servicios y la construcción, al hilo del tirón de la obra pública.
Para 2024, nuestras previsiones apuntan a un crecimiento del PIB cántabro del 1,4%, tasa similar a la media nacional. Prevemos una recuperación de la industria, a medida que se acelere la implementación de los fondos NGEU, y del gasto de las familias, gracias a la mejora de su renta real y a una posición financiera relativamente saneada. No obstante, este escenario está sujeto a una elevada incertidumbre, asociada a la transmisión y al impacto de la política monetaria o a la aparición de shocks de oferta derivados de las tensiones geopolíticas.
El informe destaca que:
– En términos de PIB, Cantabria es la segunda región más pequeña del país, con 15.355 millones de euros, el 1,1% del total nacional.
– Con poco más de 588.000 habitantes (el 1,2% del total de España), también ocupa el penúltimo lugar del ranking en términos demográficos.
-Su PIB per cápita se sitúa en 26.167 euros, un 7,1% menos que la media española. En los últimos años se ha alejado de la media, debido, sobre todo, al débil crecimiento económico, en un contexto de ligero retroceso demográfico.
-En cuanto a su estructura productiva, destaca el mayor peso relativo de construcción (6,3% vs. 5,4% de media española), Administración pública (18,9% vs. 17,8%) y, sobre todo, industria manufacturera (18,3% vs. 12,5%). En cambio, es inferior la participación de comercio, transporte, hostelería y ocio (25,3% vs. 28,4%) y agricultura (1,2% vs. 2,6%).
-Es una región con escasa orientación exportadora: pese al intenso avance de los últimos años, el peso de las exportaciones de bienes sobre el PIB regional es del 22,9%, 6 puntos por debajo de la media española. En 2022, Cantabria exportó bienes por valor de 3.510 millones de euros, lo que supone el 0,9% de las exportaciones españolas. Los principales sectores exportadores son hierro y acero (16,8% del total), productos químicos (15,7%) y aparatos eléctricos (12,1%).
El mercado laboral de Cantabria está mostrando un menor dinamismo que el conjunto del país: la afiliación creció un 1,4% interanual en diciembre de 2023 (vs. 2,7% en España), de modo que la cifra de afiliados superaba en un 3,6% los niveles del cierre de 2019 (vs. 7,4%); en el último año destaca la creación de empleo en información y comunicaciones, actividades profesionales y sanidad, en contraste con la destrucción en agricultura y construcción. En cuanto a la tasa de paro, en el 4T 2023 se situaba en el 7,5%, la segunda más baja del país y muy por debajo tanto de la media nacional (11,8%) como del registro del 4T 2019 (11,2%).
Por el lado del consumo, las ventas minoristas (en volumen) mostraron un comportamiento en 2023 algo más modesto que en el conjunto de España, con un crecimiento hasta noviembre del 6,7% interanual (vs. 7,7%), con lo que los niveles actuales superan en un 4,6% los niveles de 2019 (+3,0% en el conjunto del país).
El sector industrial cántabro ha tenido un comportamiento muy débil. Tras el retroceso anotado en 2022, la producción industrial profundizó su deterioro en enero-noviembre del pasado año, arrastrada por la evolución de los bienes de consumo duradero y los intermedios –la principal rama en la industria cántabra–, con una caída del 5,6% interanual, la segunda más intensa del país (–0,6% de media), y se mantiene muy alejada de los niveles prepandemia (–6,9% respecto a 2019 vs. –1,2% para España).
Las exportaciones de bienes de la región están evolucionando peor que en el conjunto del país: en 2023 (con datos hasta noviembre) se redujeron un 3,6% interanual (–0,7% en España); respecto al mismo periodo de 2019 el dato es positivo (+27,0%), aunque peor que a nivel nacional (+32,1%). El año pasado contrastó el vigor de las ventas de alimentación (sobre todo aceites, tabaco y productos pesqueros) y automoción con el fuerte retroceso de semimanufacturas (en especial hierro, acero y productos químicos).
