A pedro Sánchez no le basta con controlar la mayoría de lo que se dice en los medios de comunicación a base de subvenciones con dinero público, sino que además se permite hacer labor de «pedagogía» con los presentadores de programas, en este caso le toco el turno a Susana Griso en «Espejo Público» durante la entrevista que ha mantenido esta mañana con el Presidente del Gobierno quien la ha reprochado en directo que dejara mentir al expresidente José María Aznar en una entrevista llevada al inicio de esta semana sobre sus declaraciones de lo que está pasando en la Franja de Gaza.

«No podemos dar por válida la mentira, Susana. No puede decir un expresidente del Gobierno aquí, y me sorprendió que no le repreguntara, si me permite que se lo diga, que yo no he condenado los atentados de Hamás. Que yo no he exigido la inmediata e incondicional liberación de los rehenes que tiene Hamás en Gaza. Al contrario, lo he hecho desde el primer día. Es público y notorio», reprochaba Sánchez.

Concretamente lo que Aznar dijo en esa entrevista es que «apoyar a la única democracia que hay -en Oriente Medio- contra un ataque terrorista es, me parece, absolutamente esencial. Pero ir allí, a decir lo contrario, a no pedir la liberación de los rehenes, a no criticar el ataque y, además, decir que se está organizando una matanza premeditada me parece, evidentemente, un error diplomático garrafal que vamos a pagar caro».

Y todo con una situación donde Sánchez viene de la polémica del nombramiento de Miguel Ángel Oliver, exjefe de comunicación de la Moncloa, como presidente de EFE y un día después de vetar, una vez más, las preguntas de la prensa durante su breve comparecencia en el Congreso con motivo del día de la Constitución siendo el único dirigente que no permitió que los periodistas le preguntaran delante de las cámaras.

El control de los medios de comunicación y de lo que se dice en ellos es una auténtica obsesión de Pedro Sánchez como señala en su libro que acaba de salir a la venta «Tierra firme» donde dice que «la España progresista no está representada en los medios de comunicación de acuerdo con su dimensión y su peso social. Esto genera un clima de opinión que no recoge con fidelidad la realidad de España» y por ello «nuestro país tiene un problema de pluralismo periodístico».