Los verdiblancos llegaban al encuentro repletos de confianza tras la contundente victoria (0-3) en Zamora, mientras que Unionistas lo afrontaba con la necesidad de arañar algo positivo, tras encadenar seis partidos sin ganar. Finalmente fueron los deDani Mori los que lograron su objetivo, ya que con el empate, continúan en unos puestos de play off donde también dormirá el Racing, que ve cómo se le escapan dos puntos que podrían dejarle mañana, a cinco del Deportivo.
Tarde totalmente invernal la que se presentaba en un Sardinero que lucía un aspecto más que aceptable tras los hechos sucedidos el pasado jueves. El granizo iba ser el principal aliciente de un choque que comenzaba con un tempranero gol de Pablo Espina. El atacante aprovechaba un pase filtrado a la espalda de la defensa racinguista para definir ante Miquel Parera y poner el 0-1, en una jugada no exenta de polémica, y que a más de uno le hizo a retroceder en el tiempo, con Mbappe y la selección española como protagonistas.
Las condiciones meteorológicas junto con el revés inicial parecían haber dejado tocado a un Racing que era incapaz de generar peligro. La primera ocasión de gol llegaría una vez superado el primer cuarto de hora, cuando Patrik Soko, haciendo gala de su tremenda potencia, se adentraba en el área pero no lograba finalmente conectar con Cedric.
El reloj seguía corriendo, y los santanderinos continuaban mostrándose inoperantes frente a un Unionistas, que se mostraba muy cómodo, sin sufrir en exceso. El desacierto estaba siendo la tónica dominante de la primera mitad, y las individualidades del ya mencionado Soko parecían ser la única vía de escape para los de Guillermo Fernández Romo.
Y así se llegaba al final de unos primeros cuarenta y cinco minutos en los que los de Salamanca supieron aprovechar su único acercamiento, ante un Racing que acusaba continuamente la precipitación en su juego.
La segunda mitad daba comienzo, y poco parecía haber cambiado, por lo que el técnico verdiblanco decidía dar entrada a Marco Camus, en lugar de Fausto Tienza. Con esta sustitución, el madrileño deshacía el «invento» de Íñigo caído a banda izquierda, volviendo a situarle en el eje de la medular.
El resultado fue prácticamente instántaneo, ya que cuatro minutos después Pol Moreno ponía la igualada (1-1) rematando a las mil maravillas un preciso centro, del mediapunta Pablo Torre. Las tornas cambiaban por completo, y ahora eran los racinguistas los que expoliados por el tanto, se lanzaban al ataque en busca de la victoria.
Tras unos instantes de agobio, los de Mori lograban aguantar el tirón y comenzaban a ganar de nuevo metros, a lo que Fernández Romo respondía introduciendo un triple cambio: Manu Justo, Álvaro Bustos y Álvaro Mantilla, entraban en lugar de Sergio Marcos, Pablo Torre y Patrik Soko.
Estas últimas variaciones no tuvieron el éxito de la «ventana» anterior por lo que a falta de dos minutos para el añadido, Jack Harper era quien entraba para ocupar el lugar de Cedric, en una intentona desesperada de romper la igualada.
Al filo del noventa, Manu Justo dispondría de un remate claro en el interior del área que era repelido por el meta visitante, en la que la fue la última oportunidad del partido.