La semana pasada reaparecía en la vida publica el ex presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, para presentar su último libro “Política para adultos”, libro que no he leído y dudo que lo haga ante la poca seducción que me propicia el autor.
Sin embargo el evento no ha pasado desapercibido en los distintos medios, pues ha servido para reunir en torno a tan singular personaje al actual Secretario General del PP Pablo Casado, y a la figura emergente “Isabel Ayuso”, tras evitarse en estas luchas intestinas, manifestando Mariano al respecto una lapidaria frase de que “Isabel esta aquí (en su presentación) pero además esta ahí”, pudiendo interpretar cada cual el sentido que quiera de la frase.
Como buen gallego, (lo que no es ningún mérito para la vida publica, teniendo en cuenta uno de sus predecesores, Franco), siempre se ha manejado en la ambigüedad y en la indefinición, de ahí la magistral frase del gran Jose Maria Garcia, refiriéndose a Rajoy le definió como “no mancha cuando pasa, ni tampoco limpia cuando pasa”.
Han pasado cuatro años desde que, forzado por la sorpresiva moción de censura que le apartó del poder, dejó la política para ir a un retiro dorado, como fue el Registro de la Propiedad de Santa Pola, del que era titular, durando poco pues se fue camino del Registro Mercantil de Madrid, actividad que comparte con la de escritor y consejero político por lo que se ve.
En mi opinión, Rajoy ha sido uno de los peores Presidentes del Gobierno de España, a pesar de tener una dilatada vida publica, ostentando varias carteras de Ministro y ser Vicepresidente de Gobierno, con un bagaje político decadente y pobre.
Fue un nefasto gestor del Prestige, y como Presidente, se plegó durante la crisis de las hipotecas (que, no visualizó su predecesor Zapatero) a la política austericida propiciada por la Alemania de Angela Merkel, basada en el ajuste presupuestario (copago sanitario y reducción del presupuesto en Sanidad) y una presión fiscal brutal modificando las Leyes Tributarias para recaudar el máximo posible a los autónomos, pequeñas empresas y empleados (los grandes del IBEX 35, tenían intereses fuera, y generaron créditos fiscales como acabamos de ver ahora con telefónica), todo ello de la mano del ínclito Montoro, políticas que el tiempo ha venido a demostrar con la actual crisis sanitaria, y en Estados Unidos, fueron totalmente equivocadas y erráticas y a punto estuvieron de quebrar la Unión Europea por la insolidaridad entre los países del Norte y los del Sur. Rajoy callado.
Rajoy fue tan mediocre, políticamente hablando, que fue incapaz de ganar unas elecciones por dos veces consecutivas al que esta considerado peor Presidente de la democracia como fue Zapatero, lo que explica el poco tirón de a pesar de haber ocupado altos puestos de responsabilidad.
Es cierto que ganó por mayoría absoluta las elecciones del año 2011, frente a un gran candidato como fue Alfredo Rubalcaba, pero yo diría que más que mérito de Rajoy, fue demérito de Zapatero, dado que la mayor parte del electorado quería castigar la errática política de éste pagando los platos rotos Rubalcaba, que estoy seguro hubiese sido un gran presidente.
La mejor prueba de ello es que en las elecciones siguientes descendió el número de votos (más de tres millones y medio) y 63 escaños con 123 diputados, hasta el punto de rechazar la investidura de Gobierno. Tras mantener la interinidad, ganó por escaso margen las siguientes elecciones ante el actual presidente de Gobierno Pedro Sánchez que le aupó tras la citada moción por el caso Gürtel.
Creo que Rajoy, fruto de su apatía, ha cometido numerosísimos errores, entre ellos el de no dimitir tras la citada Sentencia Gürtel como hubiese sido lo lógico, ni prever, tanto el como sus asesores la que les venia encima, porque si hubiese dimitido hubiese salvado su partido y la continuidad del Gobierno pero no lo hizo con las consecuencias de todos conocidas, propiciando un consenso entre el partido socialista, los nacionalistas y los anticonstitucioalistas (Bildu), pacto que se mantiene al día de hoy.
Pero Rajoy, que ha estado en el punto de mira de todos los escándalos político-judiciales más sonados, pues además de lo del Prestige (si se quiere una desgracia imprevista, aunque discutiblemente gestionada), ha estado en el filo de la navaja, no ya por la caja “B” de Bárcenas, o los escándalos del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, etc…, sino porque muchos de su colaboradores, como Rato, la difunta Rita Barberá, Camps, Matas, etc. la trama, e infinidad conductas tuvieron lugar mientras ocupaba altos cargos de responsabilidad tanto al frente del Gobierno como del Partido Popular, y resulta difícil de creer que estaba ignorante de todo ello.
No obstante, me resisto a pensar que Rajoy obtuviera lucro o percibiera dinero en B, cuyas explicaciones demandaba Rubalcaba en el Congreso, pero las dudas están ahí, pero digo que me resisto a creerlo porque Rajoy, por méritos propios y en su condición de Registrador tiene una vida económicamente resuelta, holgada, y no me entra en la cabeza que acuda a dichas corruptelas.
Creo que su responsabilidad política era clara, pues aunque no llegó a demostrarse jurídicamente su implicación en todos o algunos de ellos, al menos debería de haber reconocido que no los detectó ni tomó las medidas que cabía exigirle, o dicho de otra forma -recordando a García- “no limpiaba por donde pasaba”, no limpió el Partido, con los efectos colaterales padecidos.
Por tanto Rajoy, no aparezcas y vuelve a tu dorado retiro, pero no eres el mejor ejemplo ni consejero para nadie.
