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jueves, abril 25, 2024

SIN PELOS EN LA LENGUA

Las peluquerías ya no son lo que eran, pero ni por asomo, y hablo en general por España…. La “cita previa” que vino con la pandemia para quedarse ha mandado muchas cosas al mismísimo carajo, lugar que nunca he sabido encontrar en mapa alguno….

A la peluquería se iba, sobre todo, a cotillear, y mientras tanto te arreglaban el pelo, era algo secundario….Pero ir a que no haya nadie, te reciba la peluquera, te peine y le pagues, ha perdido toda, absolutamente toda la gracia. ¡Jodida  pandemia!

Lo que anima la existencia es el intercambio de bacterias, la posibilidad de contagiarnos los unos a los otros, los unos enfrente de los otros o los unos encima de los otros…. Y así montando follón, que es lo que eran algunas peluquerías o peluqueras…

Yo recuerdo aquellas peluquerías de varias empleadas y alguna aprendiza que barría y lavaba cabezas….

Una vez estuve yo en una, no me acuerdo porqué. Ayudando, en algunas vacaciones, sería….. Y recuerdo a las señoras: “dale, dale fuerte”. Difícil de entender, querían que no solo les lavaras la cabeza sino que se la rascaras hasta sangrar. “Más, más, dale, dale”

Nos ha quedado de tiempos remotos, la idea de que la suciedad acumulada de martes a miércoles produce costra. Y frotamos, y frotamos. Salimos del Aquagym después de habernos pasado una hora en remojo de cloro, nos vamos a la ducha y ahí empiezan a enjabonar y frotar de nuevo, dale que te pego,… hasta que se vaya la costra invisible.

Y la dueña, y las ayudantes, llevaban esas batas azules con grandes bolsillos y allí las señoras presumidas, de peinado y de posibles, dejaban las propinas metiendo la mano hasta el fondo. Y algunas recorrían todas las batas…¡qué poderío!

Lo dicho, allí ibas, sin cita ni leches y te sentabas, con las revistas, y se hablaba de todo y de todos, sobre todo de los que no estaban….Y las señoras ya metidas dentro de aquella máquina sideral que era el secador miraban con ojos abiertos a ver qué pescaban del lenguaje gestual. Y otras veces hacían como que se levantaban a coger el pañuelo del bolsillo del abrigo para pillar de qué iba la conversación….

Todo eso se ha perdido…. Ahora vas, te peinan y te marchas. Ya no perteneces al grupo de la peluquería de los viernes, siempre más numeroso, ni de los martes, más selecto…. Ahora solo perteneces al que tiene que recortarse el flequillo jajajaja….

La cita previa ha suprimido casi el cotilleo de las peluquerias, fundamental, y de la sala de espera de la consulta del médico donde los mayores, sobre todo ellas, presumían del número de intervenciones quirúrgicas…. “A mí me han quitado la vesícula. Dos veces”. Será la piedra, respondía otra. “A mí me han dicho la vesícula”. Pues, será….

Tampoco te puedes ya apalancar en la cola de la panadería o del estanco…”pase, pase ud, que yo no tengo prisa”. Y al que le estaban atendiendo en ese momento se volvía para opinar de lo divino y de lo humano, y luego salía dejando sobre el mostrador la barra olvidada con el pico ya partido, porque en el fulgor de la conversación ya no quedaba pico….

En las peluquerías también aparecían señoras fijas que venían, se sentaban, leían la revista y cuando les iba a tocar decían..”yo vuelvo el martes, que vengo para teñirme y se me va a hacer tarde”. Y volvían el martes o el jueves, a cortarse las puntas…

La cosa se está trastocando hasta el punto que algunos supermercados, no se si suecos o de otro país de esos, han puesto cajas de cotilleo…. En vez de caja rápida, caja lenta… . Y allí vas y le preguntas a la cajera: “he comprado esta nata para montar, pero el otro día la compré y no se montó y eso que le dí con la minipimer”

La minipimer no vale, dice la de atrás, tiene que ser con el batidor de alambre de esos, abiertos.

¿Eléctrico?

Mejor a mano….

Es que yo, con la artrosis, es lo que tiene, si…

Esa otra, que viene ya montada con el pitorro ese blanco, no está mal, dice la de la caja rápida que se acaba de arrepentir de la fila elegida….

También se puede hablar del tiempo y de ahí pasar a la cadera, que ahora que vienen las lluvias la tengo fatal….

“Pues mi madre usa unos parches que compra por internet..”

Dice el chico que está reponiendo los estantes, que ya que pasaba por ahi…

No sé si será lo mismo. La cola de la caja no da para la hora y media de la espera en la peluquería.

Yo sin embargo prefiero que me peinen calladitos todo….. hay quien paga para cotillear, hay quien paga para salir guapa, hay quien le quitas el cotilleo y prefiere no peinarse….

Lugares de terapia donde esperar trae cola sin caballo, donde se confiesan más pecados que en la iglesia, donde la salud se automedica con todos los remedios que te cuentan…divanes de psicología con lavado y peinado incluido… Donde se arregla el mundo sin mucho conocimiento….

Todo por un buen titular….

Coco Bari ©©®

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