Tras el resultado de las elecciones andaluzas, donde acertaron todos los pronósticos de los sondeos, el gran triunfador sin duda fue Moreno Bonilla, autor inapelable de esta victoria en contra de los elementos como el calor y la playa, y en contra incluso de mi intuición que preveía mejores resultados para Vox, por aquello de la intención oculta de voto que no se plasma a veces en los sondeos, cara a una hipotética coalición de gobierno que no le será necesaria.
Sin embargo, creo que la campaña del PP de Moreno dio con la tecla exacta, apelando al voto útil, y ante la que está cayendo de ahí que los andaluces le han dado un cheque en blanco al actual presidente con todas las de la ley.
Aunque se trataban de unos comicios autonómicos, y a juicio del gobierno central no extrapolables al mismo, creo que nadie, absolutamente nadie, incluso ellos mismos, pueden desconectar dicho resultado como un cuasiplebiscito a la errática política de Pedro Sancez & Cia, desde que asumieron el gobierno.
Siendo cierto que les tocó lidiar con la pandemia y todo lo que ello implica, no es menos cierto que la gestión de la misma ha sido horrorosa desde todos los puntos de vista, y ello porque, como ya hemos dicho, no hay gente preparada ni siquiera con vocación para hacer las cosas como Dios manda.
Han ido de mal en peor, dedicándose a poner en funcionamiento la maquina legislativa (especialmente con Decretos a troche moche, muchos de ellos inconstitucionales, y otros para intentar regular aspectos totalmente secundarios, o prescindibles, como actualmente se debate la LGTB, cambio de sexo, o Memoria Histórica, orillando los verdaderos problemas de fondo), así como la política de subvenciones.
En efecto, esta última práctica (subvencion) ha girado en doble sentido, una propagandística, publicitando a diestro y siniestro la llegada de cantidades ingentes de dinero, en todos los sectores afectados tras la pandemia (de las cuales muy pocas llegaron a los ciudadanos y a los autónomos), y otra dirigida a enjuagar los efectos de la inflación, especialmente la subida de carburantes, realista, presididas ambas con discursos fáciles de solidaridad y demagogia, todas las cuales han resultado superfluas, porque ha sido más el ruido que las nueces.
Y al igual que ocurrió con Zapatero, que no vio (o quiso ver) la brutal crisis que nos azotó en 2007, impidiendo tomar medidas preventivas, con consecuencias nefastas para la sociedad, puede pasar lo mismo con su sucesor Sanchez, la historia parece repetirse de nuevo.
Todo el mundo viene advirtiendo una crisis brutal, menos el Sr. Sanchez y sus socios, que se limitan a echar balones fuera y culpabilizar a Putin, cuando ya la economía viene enfriándose desde hace tiempo con una escalada de precios previa a la invasión, y la consecuente inflación que teníamos prácticamente olvidada desde la transición, incrementada también, obviamente, por la invasión y la carestía de materias primas.
Pero lo dramático del asunto es que no solo no hacen autocritica, sino además de responsabilizar a terceros, pues se están mostrando absolutamente incapaces de dar con la solución y las previsiones adecuadas, como está ocurriendo en todo el resto del mundo, y de las duras advertencias desde el BCE, a pesar de que la inflación está ya en el 10,2 %, como hace casi 40 años, lo que es una barbaridad.
En lugar de realizar ajustes fiscales, están tomando medidas diametralmente opuestas, como las citadas subvenciones, empleo publico a todos los niveles (estatal, y local), todo para empañar y enjuagar las cifras del paro aumentando un gasto publico insostenible.
Es decir, todo lo contrario de lo que el Estado necesita. Muchas de estas subvenciones, se tiene que disminuir drásticamente el gasto publico, tenemos una productividad baja, con muchos funcionarios teletrabajando. Un periodo de desempleo desorbitado (en Israel y otros países, el limite son dos meses), pues su longevidad invita al acomodamiento en lugar de buscar rápidamente un empleo.
Hay muchísima economía sumergida por el brutal sistema tributario, según la mayoría de los especialistas confiscatorio para los pequeños. Subvencionar con 200 euros los combustibles es tirar el dinero porque no se arregla nada. En fin…..
Por último, y sin venir a cuento pero que guarda alguna relación, por aquello de la “putininflacción”, y dada la coincidencia de la cumbre de la OTAN en Madrid, no he visto a nadie (y cuando digo a nadie es a los medios de comunicación y lideres como Zapatero), postularse en contra sino más bien al contrario, buscando la foto con Biden, especialmente Sánchez, cumbre que estamos sufragando íntegra y exclusivamente los españoles, de la que no vamos a obtener ventaja alguna, sino al contrario. De hecho yo acabo de venir de Madrid y en cada hotel había policías obligándonos a pasar por un arco de seguridad cada vez que entrabamos. Un coste brutal.
Donde están los que criticaron la foto de las Azores (Aznar, Bush y Tony Blair), reunión pretextada para buscar argumentos que bendijeran la invasión de IRAK (buscando bombas de destrucción masiva, nucleares o de racimo, sin que encontraran absolutamente nada), justificándose después que fue un error de cálculo de los servicios secretos de la CIA, consecuencias que luego padecimos todos, especialmente en España y que propició el ascenso de Zapatero a Moncloa.
Cierto que Sadán Hussein era un dictador, pero si miramos al mundo esta plagado de ellos por doquier. ¿Porqué no se actúa igual con ellos distribuidos en todos los continentes, especialmente los que llevan turbante?, ¿Qué dice Zapatero de todo lo que está haciendo su sucesor, mendigando la foto con Biden, cuyo país (USA, y que conste que soy admirador de esta nación pero no de este señor) va a salir beneficiado de la invasión al enchufarnos su gas, las armas, y sus productos, y encima a 10.000 km del conflicto?.
En definitiva, creo que falta sensatez, pero sobre todo coherencia, pero en todo este escenario, espero que a pesar de las tensiones bélicas y económicas en las que nos encontramos, haya un “ataque de cordura”, y las cosas se restablezcan para el orden mundial en todos los aspectos, especialmente en el bélico, como sucedió en la “crisis de los misiles” en plena guerra fría Octubre de 1.962, que tuvieron que solventar de forma personal y sin intermediarios JFK y su hermano Bob Kennedy (Fiscal General, en contra del aparato militar que aconsejaba la invasión a Cuba), en línea directa con Jrushckov, aunque luego pagaron un precio personal muy alto, uno resultó asesinado un año después (1.963) en Dallas (su hermano Bob en 1.968), y Nikita Jrushckov. el politburó soviético le obligó a dimitir en 1.964 por lo que consideraron la retirada de los barcos con las cabezas nucleares cerca de Florida como un desagravio humillante par la URSS.
