El Presidente Revilla, en unas recientes declaraciones ha manifestado en relación al Covid (monotema) que las decisiones adoptadas relativas al cierre perimetral y al anunciado cierre de la Semana Santa que vienen motivadas por su Consejero de Sanidad, y este, a su vez, supuestamente aconsejado por sus asesores, a los que no puede contrariar, pues de no hacerlo así incurriría en prevaricación y que “el no ha prevaricado nunca”.
Alguien de su entorno debe explicar a Revilla en qué consiste la prevaricación y su diferencia con la toma de decisiones propias de las funciones propias de su cargo de Presidente de la Comunidad Autónoma, mejor o peor afortunadas y siempre que se hagan por el bien de la colectividad (en todo o en parte), no tienen porqué enmarcarse en la ilegalidad, y consecuentemente en la prevaricación en lo tocante a esta materia, entre otras razones, porque las mismas no están legalmente tasadas. Dicho de otra forma, si autoriza la apertura de la hostelería, porque además no está demostrado que sea la causante de la propagación del virus, no incurriría en prevaricación.
La prevaricación (administrativa), según la reciente Jurisprudencia del Tribunal Supremo, prevista en el art. 404 CP tutela el correcto ejercicio de la función pública de acuerdo con los parámetros constitucionales que orientan su actuación, cuales son:
1º) El servicio prioritario de los intereses generales.
2º) El sometimiento a la Ley y al Derecho.
3º) La absoluta objetividad e imparcialidad en el cumplimiento de esos fines conforme al art. 108 CE ( STS. 18/2014, de 23 de enero).
La prevaricación no abarca por tanto la toma de decisiones dentro del marco de facultades conferidas a los distintos cargos políticos y/o públicos, sino mas bien al respeto de procedimientos en materias legalmente tasadas dentro del ordenamiento jurídico, pero no a aquellas que entran dentro de la discrecionalidad del cargo, que no hay que confundir con la arbitrariedad, salvo que se trate de una arbitrariedad manifiesta, y mucho menos cuando pueden amparar bienes de un determinado e importante colectivo, como es en este caso la hostelería y el comercio, como fuente de recursos, fomento de empleo, y además socialización de la ciudadanía.
Por tanto, y centrándonos en el caso que nos ocupa, en el actual escenario Revilla tiene plenas facultades para decretar el confinamiento o no, la apertura de la hostelería del comercio o no, sin que por ello pueda incurrir en prevaricación aun cuando existan determinados estudios o informes que “aconsejen” una cosa o la contraria, informes que, como acabo de decir, no están sujetos a un estricto protocolo o regulación administrativa, siempre y cuando vengan respaldados en uno u otro caso (o en ambos) con una finalidad legítima y lícita (como puede ser en último caso el evitar que se paralice la actividad económica) por el bien común, pues de lo contrario, sobrarían altos cargos, y bastaría en la toma de decisiones la simple opinión de estos asesores a los que se refiere Revilla. Es decir, “para dicho viaje no se necesitarían alforjas”, y nos ahorraríamos políticos y elecciones.
Por esta regla de tres, el fumar estaría tajantemente prohibido, pues está demostrado que enferma y mata, o la contaminación, etc., o al menos los informes sanitarios así lo acreditan, sin embargo se permite fumar (en la calle). Que se lo pregunten a los estancos.
Por tanto Revilla no solo se autoengaña al vertir comentarios de este calado sino que pretende también trasladar su confusión a la ciudadanía, al tiempo que constituye un solemne acto de cobardía al no asumir su responsabilidad en la toma de estas decisiones de las que es el absoluto responsable.
Revilla, que día a día se va desangrando, políticamente hablando, en paralelo a la Comunidad Autónoma que mal gobierna, y a los datos me remito (record de cifras de paro, cierre de negocio, falta de proyectos, etc., etc.), supongo que tendrá algún asesor que le dirá que no va por el buen camino en la toma de decisiones de su cargo por los nefastos resultados obtenidos. ¿Prevarica por ello? No. Simplemente mal gobierna.
Pero todas sus afirmaciones son destellos de su total incoherencia, incongruencia y falta de capacidad política para su cargo, pues no olvidemos que hace no tanto llamaba a nuestros convecinos los vascos, concretamente en el Puente del Pilar creo recordar, a visitar nuestra comunidad, y luego la cierra a cal y canto.
Poco tiempo después invitaba también a los mismos convecinos (vascos y castellanos) a utilizar nuestras infraestructuras hospitalarias, las cuales, afortunadamente, no debían de estar tan saturadas como nos vendía, o le vendían sus asesores por tan solidaria ayuda, y ahora, que estamos, también afortunadamente, y con la hostelería semiabierta, en descenso de contagios, nos pide un esfuerzo como es sacrificar la Semana Santa y San José (día del padre) para tener un buen verano, al que no sabemos como llegaremos, económicamente hablando.
Yo me pregunto, el Sr. Revilla, además de los “supuestos asesores sanitarios” (me refiero a los que deciden, no al personal que trabaja), que han demostrado ser un auténtico desastre como hemos comprobado a lo largo de este año, sirva como ejemplo la gestión de las vacunas (sin entrar en detalles sobre otro dato que me ha sorprendido, como es que algunos médicos de Centros de Salud teletrabajan y telediagnostican, cuando su deber es tratar directamente al enfermo pues es la materia prima de su profesión), no consulta a otro tipo de asesores para establecer las medidas complementarias desde el punto de vista industrial y económico que exige la ciudadanía de Cantabria de forma urgente en todos sus aspectos.
Revilla con su pasividad, con su cobardía, dejando que la agenda política la establezcan unos supuestos informes o asesores, y lo que es peor la falta de talento para gobernar, nos está llevando al descalabro más absoluto.
Su “miedo a prevaricar” nos está arrojando a la hecatombe económica, como lo atestigua el continuado cierre diario de comercios, establecimientos de hostelería y negocios tan emblemáticos como por ejemplo la Librería Estvdio en Santander (el más reciente), y podría citar varias decenas de ellos que forman parte de nuestra tradición, cultura, etc.. que ya desaparecieron para siempre.
Esta medio Santander, y media Cantabria, (Torrelavega, Reinosa, etc.) en alquiler y venta, pero lo dramático es sin demanda para los mismos (ni siquiera pueden venir inversores por el cierre perimetral). ¿Acaso no tiene asesores que le digan que así no se puede seguir?, o es que se rodea de gente mediocre que le baila el agua. ¿No entiende que es posible conciliar, –y más en Cantabria con la población más reducida de España y con excelente infraestructura hospitalaria, a diferencia por ejemplo de Castilla y León con una población más envejecida aún que la nuestra-, medidas sanitarias compatibles con las de carácter económico para no incrementar la maltrecha economía?
Las drásticas y restrictivas medidas que está adoptando son absolutamente desproporcionadas en el actual escenario sanitario con la pandemia controlada, de tal manera que están resultando peor el remedio que la enfermedad, pues es como si se gangrena un dedo y nos cortan el brazo.
En la mente de todo el mundo, especialmente de los que tienen negocios, y autónomos, está el hecho de que como a Miguel Angel Revilla y al resto de políticos les cae el sueldo igual les importa un comino todo lo demás.
Revilla, debes irte ya, dedicarte a los medios, y dejar el Gobierno en manos de capaces. Es el mejor servicio que puedes prestar a esta Comunidad en estos momentos, si te queda un mínimo de dignidad y coherencia, cosa que dudo.