Ayer se hizo publico en el Centro Botín (cosa que me ha llamado la atención), el chiripiflaútico proyecto de su actual presidente (voy a omitir su nombre), que desde niño se encaprichó con el Racing, hasta el punto de llegar al club por la puerta de atrás, de “aquella manera”, a pesar de no tener la calidad suficiente para jugar en la primera plantilla a juicio de su entrenador el difunto Delfín Álvarez, que dimitió ante las ordenes de la directiva de alinearle. Ante la insistencia, el entrenador, en un gesto de honradez y de cordura, dimitió, pero el chico cumplió su sueño de ser profesional sin dar la talla, y la polémica estaba servida. Duró poco porque la lógica se impuso, pero le sirvió para etiquetarse de “ex futbolista”.
Con posterioridad, y con tal precedente, en la creencia de que el Club le pertenecía, encabezó con otros poderes mediáticos (que también omitiré), la cruzada mediática anti Pitterman, que los denominó los “medusas”, hasta conseguir su salida del Club.
Una vez echaron a Pitterman (de los pocos que ha puesto dinero en el Club), hicieron lo propio con Pernía y el grupo Dunviro, a quienes denominaron “okupas” del Racing, siendo de señalar, pues es de justicia, que el Club tuvo su época dorada en primera división donde llegaron a jugar Europa Leage frente al PSG o CITY.
Con este discurso barato, el actual presidente consiguió engatusar a toda la ciudadanía de Cantabria para salvar al club mediante la “operación atomización del Club”, utilizando, entre otros a Quique Setién (muy defraudado por ello), hasta recalar en las manos del actual “propietario” del Club, un argentino apellidado Ceria (del que no sabemos nada), tras haber obtenido las acciones del Grupo PITMA, bajo cuya gestión los pequeños accionistas nos quedamos sin nada.
La irrupción del argentino Ceria, de la mano del actual “Presidente” no ha sido explicada suficientemente, y todo parece indicar que está por el medio gente próxima al Banco de Santander, un tal Iturbe, pero lo cierto es que el Racing es el juguete de quien ya jugara por decreto como antes indicaba sin tener el nivel profesional suficiente.
Ayer, como decía al principio, se ha formalizado la intención de crear en el entorno del Estadio los Campos de Sport El Sardinero (o del Sardinero) como prefieran, un Centro de Ocio sobre el que en su día insistiera con ahínco, y sin resultado alguno, por insalvables impedimentos urbanísticos, el expropietario del Club Santiago Diaz, a la sazón propietario del Grupo ASCAN y bajo cuya gestión el Racing tuvo otra de las mejores épocas en Primera División.
Tanto el Gobierno de Cantabria como el Ayuntamiento de Santander, negaron el pan y la sal a Santiago Diaz con su Centro de Ocio para intentar sanear el Club, lo que produjo su salida del mismo y la entrada del citado grupo Dunviro, esto es, la familia Montalvo de la mano de Revilla.
Lo cierto es que se resucita este viejo proyecto que, con el debido respeto, no es de interés publico ni para el Ayuntamiento de Santander, cuya Alcaldesa es bastante escéptica, y con razón, ni mucho menos para la Comunidad de Cantabria y ello por varias razones.
En primer lugar porque el Racing de Santander es una entidad privada, sociedad anónima con animo de lucro que pertenece a un (unos) particular que ni siquiera tiene nacionalidad española ni tiene raíces en Cantabria.
En segundo lugar, porque esta entidad privada, esto es, el Racing, viene utilizando en exclusiva y de forma excluyente los Campos de Sport El Sardinero, de propiedad municipal en condiciones optimas para dicha entidad.
Siendo cierto que el Racing, al igual que otros deportes, como por ejemplo la Vela, donde el CAR es referencia mundial, no deja de ser una actividad privada que ha de ser sufragada por los propietarios y los aficionados.
Dicho de otra forma, no es una prioridad ni una necesidad de “utilidad publica” (a diferencia de la sanidad, transporte o educación), para que puedan torcerse las normas urbanísticas en favor de este proyecto, y si se hacen que sean a costo cero para las arcas tanto municipales como autonómicas.
En Cantabria hay 600.000 habitantes, y el Racing tiene 20.000 abonados, aun cuando tenga muchos simpatizantes, las cuentas salen solas, hay más de 500.000 habitantes para lo que el Racing o los campos sea algo totalmente innecesario y prescindible, todo ello teniendo en cuenta que este Racing (filial de facto del Athetic de Bilbao), vegeta por las divisiones de plata y bronce, sin apenas valor añadido mas allá de un simple espectáculo del que disfruta una mínima parte de la sociedad cántabra.
Estamos hablando de instalaciones publicas, en una zona privilegiada y protegida como es el Sardinero, por lo que ha de hilarse muy fino. Desde luego el edificio es apto para finalidades y servicios públicos, pero no privados. En Cadiz, por ejemplo, me sorprendió cuando asistí a una vista oral en el Juzgado Mercantil, comprobando que todos los Juzgados estaban debajo de las gradas del Estadio y demás oficinas publicas, cuyo aparcamiento servia entre semana para fines públicos.
Es lo que hay que hacer, optimizar el Estadio con estas finalidades y, por y para la ciudadanía no para fantasias de los gestores de un club privado.
Los actuales propietarios deberán valorar adquirir terrenos privados, a ser posible en el extrarradio, y materializar allí sus faraónicos sueños y si quieren emular a Florentino Pérez que lo hagan con su dinero.



















