Esto no es ninguna excepción. Desafortunadamente es lo normal.
Los centros escolares se han convertido en lugares de calificación de los alumnos.
“El rojo, el verde, el azul y el amarillo”.
El gordo por gordo, el que tiene gafas porque las tiene, la de las piernas torcidas porque están torcidas, el que tiene un poco menos que los demás es el pobretón, la horrorosa, el torcido, el tonto, uno, otro, otro, y otro…..
En esto se llevan la palma los institutos de secundaria de los Estados Unidos donde los muchachos y las chicas tienen una puntuación según su valoración de mercado.
Shelly es un 9, mientras que Susan apenas llega al 3. Como te vean saludando o portándote amable con un tres cuando deberías aspirar a UN 8, lo llevas claro.
El resultado es una sociedad traumatizada por su paso por el instituto.
No hay película o serie americana que no salga antes o después tal TORTURA. Sólo el número 1que es el rico, el guapo, el bien vestido y el que tiene un futuro exonómico prometedor, pasa la criba. El resto se divide entre los que por arrimarse al poder o realizar un esfuerzo titánico saldrán a flote y sobrevivirán a esa especie de diluvio universal que les espera en su incorporación al mundo laboral y social. Esos son los serían clase B.
Y luego están los que son directamente material de deshecho o, tambien llamados clase C.
Lo mejor que puedes hacer, en este caso, es conformarte con tu destino de perdedor del que puedes huir a través del alcohol o la droga, o bajar la cabeza y adoptar la postura del derrotado, que es la que te ha tocado en suerte.
Naturalmente, los criterios de mercado humano con los que te han ido catalogando, son los que flotan en el océano publicitario.
¿Tú ves la gente esa del anuncio? ¿Te pareces a ellos? ¿Noooo? Pues aire.
Resulta sorprendente que este potaje en el que obligamos a cocerse a todos nuestros hijos no forme parte del análisis y del debate educativo. Con la sensación de fracaso o con el miedo al fracaso no formaremos buenos médicos y buenos ingenieros. Tampoco personas felices si a la hora de elegir a su compañero/a de vida, tienen que hacerlo por los criterios de aceptación/ rechazo del entorno social en el que se mueven.
“Así es la vida”. “Los niños son muy crueles “. No señor, así construimos la existencia. Los niños son tan crueles como lo permitimos, lo aplaudimos, lo estimulamos.
La crueldad castiga a ambos: a la víctima y al verdugo al que convierte en un ser de muy difícil convivencia. Pero eso será una factura que pagará más tarde.
Lo que no acabo de entender es quién sale ganando. Los que venden el perfume por Navidad, claro….
En resumen, que aunque no sea quizás el post de fin de año más deseado, ni más políticamente correcto, sí que quiero y deseo que nuestros jóvenes, las nuevas generaciones, vuestros hijos sean sanos, mentalmente sanos, sin prejuicios sin clasismo, sin bullying, sin acoso, sin brutalidad, sin jerga de bajos instintos, sin maldad, sin creerse lo que no son, sin alma….porque si de algo me he quedado con ganas es de haber puesto en su sitio a más de uno . Deseo un 2025 sin esos pequeños monstruos que salen de sus casas con ese ejemplo parental de asco, con la sola y unica intención de acosar, hacer daño, intimidar, pegar y hasta provocar suicidios.
Va para vosotros, padres que no sabéis educar ni forjar valores, va para todos esos niños sufridores que no encuentran salida y estan muertos en vida, va para ti que te hacen sentir fuera de lugar y te roban el nombre para un more miserable. Va para toda una sociedad que debe educar mejor a los jóvenes dentro del hogar. No quiero más monstruos, no quiero leer noticias donde morir es la Única salida de muchos, cuando no es aguantar palizas y desprecios. Va para esos padres que deben ha mcer fuertes a sus hijos ante acosadores de su misma edad.
Por un 2025 sin bullying ni acoso, ni en la escuela, ni en la familia ni en la vida laboral.
Es mi deseo en unas fechas en las que nos olvidamos de que somos el ejemplo de los jóvenes…..
Coco Bari © © ®
