La llegada del Rey emérito, Don Juan Carlos, a España tras dos años de exilio forzado en Arabia Saudí, ha resultado una auténtica bofetada para el Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y yo diría que incluso para su el Rey Felipe VI, viendo el recibimiento que ha tenido en la localidad gallega de Sanxenxo, donde el público se ha volcado con el monarca con muestras de afecto que hacía tiempo que no se vivían.
Don Juan Carlos, fue obligado a abandonar nuestro país presionado por Pedro Sánchez e incluso por su propio hijo, en un hecho inédito con un personaje histórico que ha marcado el devenir de este país desde la Transición hasta su relevo forzado.
La llegada de Pedro Sánchez y los podemitas al poder, abrió la veda contra la monarquía y contra el propio Don Juan Carlos, donde los medios abrieron el «grifo» para que esos pseudoperiodistas progres que ocupan tanto las televisiones generalistas como algunos medios de comunicación tanto escritos, como radiofónicos, se lanzaran al cuello del Rey Emérito, para sacar todas las miserias con el fin de desprestigiarle a el y a lo que supone la monarquía en este país.
Cierto es que en su vida personal, Don Juan Carlos, no ha estado demasiado fino, con episodios que para un rey debía haber evitado o ser más discreto, como el asunto de Corina, aunque todos tenemos derecho a enamorarnos y a veces hasta a perder la cabeza, pero el, debía haber cuidado más ese aspecto.
En asuntos de negocios, ser rey de un país, supone que se abran muchas puertas que al resto de los mortales, a excepción de los políticos de altos cargos, no llegaremos en la vida y que eso permita hacer negocios para hacer «caja», siempre y cuando no sea con el dinero de los españoles, y además si eso proporciona que las empresas españolas puedan beneficiarse, mejor.
Se le obligó a abdicar y se airearon asuntos personales y económicos que no han tenido recorrido más allá del juicio mediático pero que le llevaron forzado por su hijo, Felipe VI y el Gobierno a abandonar su país y tener que refugiarse en Arabia Saudí, en contra de su voluntad.
Este Rey, es el Rey de España, el que quieren los españoles, con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero el que quieren. Y el que no quieren los políticos que están ahora en el poder porque su hijo es más manejable, no como el Emérito, que ha demostrado tener personalidad y saber manejarse en situaciones complicadas, porque a Don Juan Carlos, Pedro Sánchez no habría hecho la mitad de las cosas que ha hecho con el consentimiento del Rey Felipe VI.
Pero Don Juan Carlos se ha cansado de tanto ninguneo por parte de Pedro Sánchez y de su hijo Felipe y ha decidido que es el momento de dar los pasos para regresar a su casa y lo ha hecho de una forma muy medida, enseñando a toda esta «tropa» como tiene el calor y el apoyo de la mayoría de ciudadanos y eso ha dolido y mucho a sus detractores.
El fin de semana en Sanxenxo ha sido ha sido un baño de muestras de cariño de los ciudadanos hacia el que consideran de verdad su Rey, ante la perplejidad del Gobierno y de los partidos que le apoyan e incluso de propio hijo, que ahora se verá este lunes las caras con el y veremos que le dice su padre Don Juan Carlos.
Y todo por Don Juan Carlos le pese a quien le pese como diría en la canción el gran Vicente Fernández «….pero sigo siendo el Rey».