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sábado, abril 20, 2024

OTROS LOCOS AÑOS 20, EL MIEDO DE NUEVO A ESCENA

He de confesar que no domino la historia (en general) como me gustaría, pero
cada día me identifico más con aquellos que dicen que “la historia se repite, y debemos
tomar nota de ella, conocerla con objeto entender el pasado, el presente y visualizar el
futuro”
, por tanto, esta reflexión que sigue es la de un mero observador, no la de un
experto (pues no lo soy en nada).

Y en efecto, y dado que nos encontramos en la década de los años 20 del Siglo
XXI, a la vista de los fenómenos que están acaeciendo de forma sucesiva y vertiginosa
(como si estuvieran interconectados), partiendo del impredecible Covid 19 (salvo para
los gurús de siempre), se están produciendo una serie cambio de hábitos en la
ciudadanía desde entonces para acá, pues tras las medidas sanitarias nos hemos tirado a
la calle sentido con todo el derecho del mundo, y ello en medio de una inflación
totalmente elevada y desconocida
, a pesar de que afecta a los principales bienes
esenciales del día a día de nuestra sociedad como son la energía eléctrica, el gas,
combustibles y alimentos etc..

Y a esta situación, como digo, se ha unido otra, como es la constante amenaza
que desde todos los ámbitos (políticos y medios de comunicación de occidente) se nos
hace sobre un potencial ataque nuclear de Putin a Ucrania (que no ha dicho nada al
respecto, ni que tenga intención de hacerlo, aún cuando es cierto que viene haciendo
insinuaciones de fuerza a través de algunos allegados) pues lo único que ha
manifestado es que, hasta el momento, los únicos que han tirado de arma nuclear
frente a civiles fueron los USA en Hiroshima y Nagasaki.

Todo ello propicia que estamos más que nunca ante la filosofía y esencia del
“carpe diem”
, sin reparar en lo que pueda devenir mañana.

Si a ello unimos el hecho de que en Occidente se está dinamizando la economía
con la puesta en circulación de millones de euros, que supuestamente se canalizan via
subvenciones y ayudas a países y ciudadanos, especialmente desde la CE, produciendo
en España un efecto adverso (y/o perverso), esto es, una especie de desmotivación
laboral (mucha gente en activo -no digo que todos- prefiere subsistir de las ayudas o
percibir desempleo en lugar de trabajar) y lo que digo porque este año se ha
producido un hecho sin precedentes en la hostelería (y otros gremios), con una
notable crisis de personal, siendo en nuestro caso más llamativo porque el Turismo es
el sector más importante de la economía, pero es que leíamos estos días en el Diario El
País de 28 de Octubre que España necesita importar electricistas, carpinteros y
albañiles de distintos gremios de la construcción, por no hablar de la Sanidad
, y cito
este medio impreso porque está considerado oficialista con el actual Gobierno de
España, siendo uno de los tradicionales con mayor influencia.

Y esto resulta difícil de explicar y de entender al ser un país con muchas clases
pasivas, con casi 4 millones de funcionarios, otros 10 millones de pensionistas (9,96
m), muchos de ellos prejubilados muy jóvenes, y con 3.000.000 de parados, con una
población activa de 20 millones, sobre la base de una una población real de 46.5 m.
habitantes, es decir, en torno al 38%.

En los recientes presupuestos se anuncian subidas sistemáticas a Pensionistas,
Funcionarios y Políticos, sin visualizar por lado alguno políticas de restricción y
austeridad, sino muy al contrario, se habla de unos presupuestos expansivos y con
fuertes inversiones, pero sin decirnos de donde provienen, pues las cuentas no salen.

Resumiendo, el consumo, a pesar de la brutal inflación, no disminuye, más
bien al contrario por cuanto acabo de indicar, la gente disfruta al máximo por lo que
pueda venir ante el escenario de un potencial ataque nuclear ruso o de otro virus (no
sabemos si chino o americano), al tiempo que tanto los Estados como los ciudadanos,
se van endeudando por activa y por pasiva, por el bajo nivel adquisitivo (el sueldo no
cubre la inflación) y por la subida de los tipos de interés en los prestamos
(hipotecarios y al consumo).

Pues bien, si tiramos de hemeroteca, vimos que en los años 20 del Siglo XX,
conocidos como los “locos años 20”, la gente se lanzó también a la calle y ello por un
cúmulo de circunstancias no muy alejadas de las nuestras, pues el mundo salía de la I
Guerra Mundial, tras las consecuencias del tratado de Versalles, con ganas de olvidar y
divertirse, irrumpía la radio, se produjeron cambios tecnológicos en la industria,
especialmente en el automóvil, se permitía la compra a plazos, los estados estaban
endeudados sobre todo con los USA a causa de la guerra, y estaban en pleno
crecimiento, recuperación y expansión, se construyeron los rascacielos, se tuvo que
instaurar en los USA la Ley Seca (originando las mafias), emergía Hollywood, el
Charleston, etc., etc., y por si no fuera suficiente, concurría también la “gripe
española” importada por los soldados americanos en la I Guerra Mundial.
Aquí y ahora, al igual que entonces, salimos de otra gripe, el Covid 19, no
sabemos si fue o no una guerra biológica (si fue voluntario o involuntario), pero sus
efectos han sido prácticamente similares y devastadores no solo en la economía sino en
la mentalidad de la gente.

Ello ha propiciado un cambio sustancial de nuestros hábitos,
como el teletrabajo y en la socialización, y además la irrupción de los medios de
comunicación digital (redes sociales) de forma brutal, como sucedió también a
principios del Siglo XX (años 20) con la radio. Ahora se le añaden las Televisiones,
controladas por los nuevos magnates del sector
, la proliferación de las redes sociales en
las que estamos atrapados (por tanto, el término “red” me parece apropiado) y la
globalización de la economía entre otros paralelismos con aquellos años.

Respecto al desaforado consumo en este complejo contexto, como entonces
también sucedía, me remito a lo expuesto a pesar de los elevados precios, de tal forma
que ni las subidas de tipos de interés tanto de la Reserva Federal USA como del BCE
son incapaces de reducirlo, al contrario.

El anteriormente citado Diario “El Pais”, en esta misma fecha (28.O) en un titular afirmaba “los hogares españoles aprovechan el primer verano de la completamente libre de restricciones tras la pandemia para lanzarse a la calle y consumir” (28.0.22) con un crecimiento del 1,1% respecto al año anterior. Como muestra otro dato, estos días leíamos también en el mismo diario que
se tiraban al año 1.000 millones de toneladas de alimentos, con efectos invernadero
peores que los del gasoil y el ganado, por su putrefacción, según relata la misma
noticia.

Ni tan siquiera todos los mensajes que provienen de todos los ámbitos de que
estamos ante una recesión económica a la vista para 2.023, son capaces de frenar estos
movimientos, sino muy al contrario, el carrusel sigue dando vueltas y más vueltas.
El mismo día 28.O se hacia oficial que las empresas de gas y fósiles (petróleo),
tendrán este año unos 2 billones de $ de beneficios, y lo mismo sucede con los
resultados de la Banca, Santander, BBVA y Sabadell. De hecho, es noticia que incluso
hasta Junio pasado (en plena invasión rusa) las empresas del Ibex presentaban
“beneficios récord” en torno a un 35% respecto al periodo anterior, con reparto de
dividendos. ¡inaudito¡

Es cierto también, para ser rigurosos, que hay empresas, especialmente la
siderurgia que no está en sus mejores momentos por la carestía de la energía, así como
las pequeñas empresas y autónomos (dejados de la mano de Dios por todos los
Gobiernos), con paradas en la producción, y ERES, de larga duración en dicho sector.

Algunas aprovecharán para reducir plantilla, minorar costes, y adelgazar gastos, como
vimos en la reconversión pero son sectores que no caerán.
Todo esto viene sucediendo en período post-covid, contingencia donde so
pretexto al miedo a (perder) la salud se adoptaron durísimas medidas a toda la
sociedad en todos los órdenes, en otro tiempo impensables, y ahora Occidente
(Estados y multinacionales) sigue utilizando el mismo modus operandi de la
“invocación al miedo” frente a una hipotética guerra nuclear, para tomar una serie de
decisiones (subidas de precios en los bienes necesarios, inflación e impuestos) que,
casualmente, acaban beneficiando a los mismos a causa de todos nosotros.

En conclusión, y a modo de resumen, la situación es esta:

1º).- En España (desconozco lo que sucede en el resto de Europa), existe una
abultada masa de clases pasivas, además de los desempleados, a los que habrá que
añadir los provenientes de los ERE de las siderurgias y empresas afectadas por la
carestía de la luz, y con solo un 40% de población activa es muy difícil aguantar el
sistema.-
2º). Existe un desaforado consumo ciudadano en medio de una potente y
desconocida inflación.
3).- Existe poca mano de obra en sectores esenciales para España, como es la
Hostelería, y más este año con fortísima demanda, así como en los gremios de la
construcción y sector servicios (electricistas, carpinteros, etc.).-
4º).- Fuerte Inflación y sistema tributario totalmente desorbitado, y
prácticamente confiscatorio.-
5º).- Beneficios brutales de las grandes empresas.

Y ¿en qué acabo la fiesta de los Felices Años 20?, pues como suelen acabar estas
cosas, estallando cuando menos se esperaba (no cuando se anunciaba). Y así, un 24 de
Octubre de 1.929, el famoso Jueves Negro, se derrumbó de repente Wall Street,
entrando la economía en barrena, cuyo terremoto pasó el atlántico, entrando una
recesión sin precedentes. Lo que sucedió después, fueron los duros y dramáticos años
30, de todos tristemente conocido. En España la Guerra Civil, donde la economía
tuvo algo que ver, como también lo tuvo en Alemania, propiciando los populismos (de
izquierda y derecha), y en concreto el partido Nacionalsocialista de Hitler, que
aprovechó la crisis, imputándola a los judíos que a su juicio estrangulaban el sistema,
entre otras razones, para llegar a lo que se llegó. Populismos (de izquierda y derecha) que están resucitando en la presente década del S. XXI, tanto en América como en
Europa.

Sinceramente, esta por ver si esta crisis (o recesión que se viene anunciando a
bombo y platillo) se producirá o no, todo parece que sí, pero igual no con tanta
intensidad, y esperemos que las aguas no se salgan demasiado de su cauce. Como
tampoco creo (y deseo) que vaya a haber un ataque nuclear de Putin (pues desde la
lógica no entra en los más elementales cabales que lo haga, por mucho que se le
demonice y haga lo que esté haciendo -incalificable-, pero supongo que tenga asesores
con dos dedos de frente, y ojalá no cruce esta línea roja).

No obstante, me parece lamentable que desde Occidente vayamos alimentando
una vez más el “miedo” para tomar una serie de decisiones (como el innecesario gasto
militar, y el sobrecosto energético) para hacer caja como están haciendo las grandes
empresas de todos estos sectores que son las que aúpan y sostienen a los grandes países
beneficiados como todos sabemos, “miedo” que siguen utilizando frente el cambio
climático cada día con más insistencia (lo que exige un estudio científico y riguroso,
pues más preocupante es la contaminación de los Océanos), y no se sabe si ya, si, no
tardando, con los “alienígenas” del Cuarto Milenio de Iker Jimenez.

Eso sí, tenemos que estar preparados porque las crisis las generan imprevistos
de la noche a la mañana: No sé, la caída súbita de un gran banco, una tecnológica, o
nuevos virus o bacterias, pues me gustaría descartar el ataque nuclear. Esto es lo que
nos dice la historia del último siglo y por lo que veo poco hemos aprendido.

Como decía, ojalá que sea mas el ruido que las nueces, y que los “felices años 20, tengan una
prosecución feliz”.

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