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domingo, septiembre 15, 2024

OBAMA EL MEDIADOR

Tengo que confesar que cuando Barak Hussein OBAMA accedió a la Presidencia de los USA, tenia muchísimas esperanzas puestas en este personaje, de origen africano (Kenya) aunque nacido en Hawai, pues además de su raza (negra) y origen (hijo de madre soltera) aunque formado en Universidades elitistas, prometía una regeneración además de recuperar la esencia de los Kennedy, para liderar américa -y el mundo- cuando en su primer discurso dijo que “el cambio ha llegado a América”.

Sin embargo, tras dos mandatos consecutivos, pasó a la historia sin pena ni gloria sin que la excusa fuera que no dominaba la cámara de congresistas que “le tumbaban sus iniciativas”.

Hablo de Obama porque ante el “lamentable espectáculo que está dando Biden”, ha sido el encargado de interceder con Biden, a ser la única persona (o de las pocas, salvo la esposa) que podía, y de hecho pudo, “convencer al actual mandatario” para que renuncie a postularse a la reelección y evitar un Lauren Postigo (“yo sigo”).

Esta claro que Biden no estaba siquiera ni para el mandato anterior, pero la razón de que llegara ahí, y hasta el día de hoy que ha renunciado a la reelección, no es mera casualidad sino que obedece a un viejo clasicismo: ¿“quid prodest”? (a quien beneficia) este tipo de personajes sin carisma.

La respuesta es obvia: los beneficiados de esta momia son los que manejan los hilos en la sombra, esto es, los nuevos emperadores mundiales (Fondos de Inversión), como VANGUARD o BLACKROCK, de hecho un ex Directivo de este último Brian Deese fue nombrado por Biden Director del Consejo Economico Nacional.

Entre medias, ha irrumpido Barak Obama para convencer a Biden para que se eche a un lado (su incapacidad para ese puesto de trabajo quedó patentizada en el debate) y sea otro (a) quien lidere a los Democratas para las presidenciales.

Pero conviene refrescar la memoria de algunos datos, hechos, sucedidos en la época de Barak OBAMA, como otra marioneta de los grandes y actuales poderes e intereses economicos liderados por los “todopoderosos” CEO de Wal Street durante, y después de la crisis financiero de 2.007, la caída de Lehman Brothers, y las hipotecas “subprime”.

Obama fue un continuista de su predecesor -tambien democrata- Bill Clinton, que durante su mandato desregularizó el sector financiero provocando más desigualdad entre los estadounidenses, dejando un agujero legal al pretender poner límite a las altas retribuciones de los Directivos, quienes provocaron una burbuja mediante las “opciones de compra de acciones” provocando subidas ficticias en el valor de las compañías con la

repercusión en los sueldos de los sueldos que iban a porcentaje, maniobras de ingeniería financiera en estado puro. Clinton dejó otro hueco legal con dos productos: los “derivados opacos” que sirvieron como garantía en los respaldos de títulos hipotecarios que estallaron tras la caída de Lehman en 2.007, y el “mercado de futuros” que no estaban vinculados a producto alguno.

Estas operaciones fueron calificadas por Warren Buffet, uno de los gurús financieros, como “armas de destrucción masiva”.

Y por si fuera poco, Clinton (mentor de Obama), derogó una Ley económica importante como fue la revocación de la Ley Glass-Steagall, que databa de la Gran Depresión y obligaba a separar la banca comercial de la banca de inversiones, con objeto de diferenciar ambas secciones y no comprometerse financieramente entre ellas. Emilio Botin, abuelo de Ana Patricia, era de la misma opinión.

Obama, cuando accedió al cargo mantuvo al mismo equipo de asesores económicos de su mentor Clinton, liderados por Rubin cuyas decisiones financieras, según los más prestigiosos analistas de Harvard, llevaron, con la globalización al desastre financiero de 2.008.

El Presidente Obama rescató a Wall Street inyectando a los mercados financieros en torno a 8 billones de dólares procedentes de los bolsillos de los contribuyentes estadounidenses, además de subvenciones y prestamos gratuitos a los bancos, contrariando uno de sus mensajes de campaña cuando “prometio una mejor manera de hacer política, endeudarse menos con los poderosos y no generar división entre partidos”.

Al proteger a los banqueros de Wall Street de sus calamitosos errores de cálculo transfirió a los ciudadanos de USA los costes de aquella “borrachera especulativa” propiciada por Bill Clinton.

Obama, pese a inyectar cientos de miles de millones de dólares a los banqueros, permitió que diez millones de propietarios de viviendas fueran objeto de ejecuciones hipotecarias y desahuciados de sus casas, y ello, según los analistas, fue una decisión política suya y de su equipo.

Y consintieron esto en lugar de permitir a los bancos reducir el valor de las hipotecas de los balances y subvencionar la pérdida contable, manteniendo a los propietarios en sus casas sin ser desahuciados.

En este sentido cito a un prestigioso (y laureado) Profesor de la más prestigiosa Universidad del Mundo, como es Harvard, J. Sandel con el añadido que este profesor, por cierto de corte Democrata (como Clinton, Obama y Biden), cuando censura que Obana intentó maquillar modificando “es post” el programa de hipotecas, lo que no sirvió, como digo, para evitar la sangria de ejecuciones hipotecarias y que los estadounidenses vieran disminuir su patrimonio en 9 billones de dólares.

Todos estos banqueros y directivos desaprensivos, recalco, apoyados por OBAMA, no solo no tuvieron ninguna responsabilidad penal ni financiera, salieron de rositas y además premiados con sueldos (primas) millonarias.

Fiel ejmplo lo tenemos en el gigante de los seguros AIG, atrapado en la crisis inmobiliaria, y al borde de la quiebra, porque había amparado permutas de las cédulas hipotecarias, fue objeto de rescate por importe de 170.000 millones de dólares de dinero publico, al tiempo que anunciaba unos “bonus” para sus ejecutivos de 165 millones de dólares.

Obama nunca dio una explicación minimante convincente o satisfactoria sobre este indubitado hecho, sino que trataba de justificarla para que “no cayera el sistema financiero”, pero pagado por todos los estadounidenses.

De hecho citó a todos los directivos de las empresas de Wall Street a la Casa Blanca, quienes esperaban una reprimenda acompañada de severas medidas por estas prácticas, y lo único que recibieron fue una serie de recomendaciones para que moderaran sus retribuciones de forma voluntaria, sin imposición alguna. Dicen algunos presentes que fueron a celebrarlo.

Pero lo drámatico del caso es que tampoco hubo rendición de cuentas a ningún nivel, ni político, ni comisiones en el Congreso, ni Judiciales. Todo esto explica que las elecciones posteriores fueran ganadas por Donald Trump en contra de Hillary Clinton.

Fue muy criticado, y con razón. Obama pasó a la historia económica de los USA como un tentáculo de los nuevos caballeros feudales de la economía, y ahora, ante la evidente incapacidad de Biden, ha sido el emisario de estos para ajusticiar Biden, y no sabemos si para allanar el camino a su esposa Michelle Obama para que continúe la saga.

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