Es la tónica habitual de la izquierda, vamos los «Zurdos» que diría Javier Milei, utilizar siempre un leguaje agresivo y guerracivilista, cada vez que alguien sale diciendo algo en contra de su forma de pensar o de actuar, porque nada, ni nadie puede pensar distinto, es decir solo se puede tener un «pensamiento único».
Ya con el ínclito José Luis Rodríguez Zapatero, empezamos a vivir episodios de este tipo, incluso en su guerra previa a llegar al Gobierno, los zurdos utilizaron toda su artillería guerracivilista contra el Gobierno de Aznar, con el «Prestige» y la Guerra de Irak, donde España se implicó directamente con la administración de Bush.
Pero desde la llegada de Pedro Sánchez al PSOE y especialmente desde que se hizo dueño de La Moncloa con la entrada de Podemos y ahora su herencia Sumar, ese lenguaje de guerra permanente ha incrementado atacando de forma brutal a todo aquel que se muestre contrario a su forma de pensar y actuar.
Lo último, lo estamos viviendo estos días con el asunto de amnistía al prófugo de la Justicia española, Carles Puigdemont y toda su banda de delincuentes, que ahora son fundamentales para que Sánchez sea de nuevo Presidente del Gobierno.
Todos aquellos que son contrarios a que se pueda conceder una amnistía, son atacados hasta la extenuidad en sus declaraciones públicas, en los medios de comunicación, y en especial las televisiones que controlan por completo, calificándolos de fachas, ultraderecha, o como al expresidente José María Aznar de inducir a un golpe de Estado por pedir que se diga ¡¡Basta ya!!.
Les da igual que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, utilice las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros, para atacar a la oposición, como hizo este martes, a pesar de haber sido ya sancionada por ello.
No permiten que nadie cuestione sus comportamientos, a pesar de que ocupen cargos públicos, como la vicepresidenta segunda, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, que se permite ir a Bruselas para reunirse con un fugado de la Justicia española y lo hace a lo grande con bombo y platillo.
Dicen que «un país que no conoce su historia está condenado a repetirla», pues estos momentos que vive España, con este ambiente de enfrentamiento permanente, donde una parte de los políticos, los «zurdos», para ser más concretos, intentan imponer su concepto de las cosas a al menos la mitad de los ciudadanos de este país que no piensa como ellos y lo hacen por la fuerza que les da tener el control del gobierno en estos momentos, empieza a recordar a aquellos años previos y posteriores a 1936 cuando se inició la Guerra Civil, con los socialistas y comunistas al frente del Ejecutivo.
No son los mismos tiempos para que ocurra lo que se vivió en aquellos momentos, pero si sirve para recordar como el comportamiento de los «Zurdos», siempre es el mismo en aquellos tiempos y en la actualidad, en esto no cambiarán nunca, lo llevan en su filosofía comunista.