Por Sonia Solar San Juan
Me encanta viajar. A veces lo hago sin moverme del sofá. Leer es una bonita y cómoda forma de hacerlo.
Conoces muchas personas incluso cachitos de ti en ellos, conoces lugares, historias y anhelos. Leer te embarca en vidas ajenas, vidas que conviertes en tuyas hasta que sales de la lectura.
Algunos personajes te enamoran, te enganchan y te enseñan de alguna manera. Te abren la mente, te invitan a pensar, te despiertan.
Al contrario que en un viaje, poco sabes sobre lo que pasará y es que en la historia que tienes entre manos, nada puedes organizar. A veces anticipas, imaginas, sospechas pero el viaje te sorprende porque casi nunca es como tú esperas.
Me gusta mi forma de elegir ejemplares, me gusta pensar que son ellos quienes vienen a buscarme. Pasear por librerías sin nada
pensado y de alguna manera sentir que son ellos los que caen en mis manos.
Lo peor siempre es el final, nunca me gustó decir adiós, ni siquiera en la ficción. Les cojó cariño, me meto en sus vidas, un gran pro y a veces un contra de la conocida empatía.Que generosos aquellos que escriben. Nos dejan entrar en su mente, nos regalan sus historias y nos llevan de viaje muy cómodamente.