Hoy nos hemos despertado con el fallecimiento del pintor Juajo Viota, que nos dejó a los 59 años de edad, noticia muy triste que rápidamente comenzó a correr por las redes sociales y medios de difusión, porque, aunque resulte un tópico post morten, Juanjo era el prototipo de buena gente, y por tanto una persona muy querida (y conocida) en toda Cantabria.
Tengo dos aficiones, correr y apreciar el arte. Conocí a Juanjo hace más de 30 años, hicimos amistad, nos corrimos más de una juerga juntos, al tiempo que me convertí en un admirador de su persona y de su obra, cuya trayectoria tuve la suerte de seguir.
Desde el punto de vista humano, Juanjo fue una persona alegre, positiva, divertida, abierta, generosa y amigo de sus amigos (as), que tenia muchas, y ello debido a su carácter congénito, pero sobre todo porque fue un amante de su profesión y esa realización personal de haber hecho en la vida lo que le gustaba, pintar, y eso no tiene precio y explica esa felicidad interior que nos lograba transmitir incluso en las fases más agudas de su enfermedad.
Como pintor, para mi es uno de los referentes de la pintura moderna en Cantabria de finales del Siglo XX y XXI, y cada vez que le veía se lo recordaba. Como admirador de su obra le adquirí bastantes piezas, algunas de gran formato, e incluso le encargué un retrato de mi hija la mayor, retrato perfecto (dominaba esta faceta de forma excepcional), dándole este toque alegre de contraste de colores que tan habitualmente utilizaba, y por supuesto, con una sonrisa. En otra ocasión me enseño un cuadro (Oso Polar, que representaba el peligro de este animal, perfectamente pintado con una realidad pasmosa, en seis círculos concéntricos, perfectamente estudiados), se la adquirí antes de que le llevara a participar en un concurso en Sevilla del que quedó ganador o finalista (no lo recuerdo), puesto que participo en cantidad de Simposios y eventos, y que conservo con agrado.
Además de ser un un pintor íntegro y vocacional, fue un estudioso de los grandes maestros (leia y estaba totalmente informado de los grandes pintores mundiales a todos los niveles y al día de todas las tendencias), lo que le llevó a Graduarse en Bellas Artes en Bilbao, consolidando una formación técnica impecable que dominaba a la perfección. Por tanto, fue un auténtico vocacional y academista, circunstancias, o cualidades, que no muchos y conocidos pintores reune, y ello fruto de su amor por la pintura y ganas de evolucionar.
La pintura de Juanjo,es un reflejo de su persona. Como decía, su pintura ha sido siempre alegre, pintaba juguetes, niños, a Miky, y a mi juicio tuvo influencias de Miró -por esa mezcla y contrastes de color- , pero sobre todo de Hopper, entremezclado con el surrealismo de su mundo, o universo infantil. Creo que Juanjo era, y nunca dejó de serlo, un niño-adulto, por eso se dejaba querer tanto.
Últimamente, a raíz de su enfermedad, dio un giro a su obra pintando maravillosas escenas nocturnas sobre rincones o muros olvidados de la ciudad, con farolas cuyos haces de luz rompian la oscuridad de la noche, con esporádicos paseantes, a veces esos personajes inventados o sacados del Toysrus.
Yo estaba convencido que Juanjo, aunque era un pintor joven, no tenia el reconocimiento publico que se merecía a diferencia de otros coetáneos (cuyo nombre omito y con cotizaciones elevadas), y ello fue debido a que era un “artista puro”, pintaba porque le gustaba y eso le bastaba para cubrir sus necesidades, pero, a diferencia de aquellos (aunque, insisto, también buenos artistas), no tuvo dentro del mundo del arte esos contactos que hacen que tu obra se magnifique o reconozca a nivel internacional, como suele pasar con muchas facetas de la vida
Le pasó lo mismo a dos grandísimos artistas, a Enrique Gran (que dio un portazo a la mejor galería del mundo, la Marlborough, aunque tiene una estatua en el Paseo del Sardinero), o a otro maestro tampoco suficientemente reconocido, como Manolo Raba, también precozmente fallecido, al que únicamente le movia -artisticamente hablando- su mujer Teresa Trueba, sobre los que hablaremos otro dia.
Al menos me queda la satisfacción, además de haberle conocido y haber disfrutado de su amistad (me felicitó el año, y nos quedaba una comida pendiente que le tenia prometido en Pomodoro en cuanto se recuperara, que desgraciadamente no podremos tener), y también me cabe el honor, junto a su amiga la Galerista USA-Cubana, Silvia Medina (que enseguida se percató del talento de Juanjo), quienes le hicimos la primera exposición individual Comisariada en Santander, en este caso por la Comisaria Internacional de Arte Wendy Navarro, en el espacio ART HAUSE SANTANDER & ACA PROJECT, en la C/ Pelayo Nº 1, sobre sus últimas obras bajo el Titulo “Destapando la noche”, en Mayo de 2.022, y que el mismo nos explicaba el trasfondo de cada uno de los cuadros allí expuestos.
Vaya mi homenaje y reconocimiento a esta gran persona y pintor. DEP.