Kamala Harris, que tardo muchas horas en dar la cara a su electorado tras la severa (y anunciada) derrota frente a Donald Trump, dijo que el Partido Demócrata haría una transición ordenada y tranquila a la nueva administración.
Estas palabras fueron ratificadas en los mismos términos por (discapacitado) Joe Biden.
Pues bien, una cosa son las palabras, el verbo, la dialéctica política (tan de moda en estos tiempos) y otra cosa son los hechos. Y los hechos vienen a evidenciar que la herencia política (tranquila) que van a dejar estos exponentes del socialismo moderno, es el avivamiento del conflicto más importante que afecta al mundo occidental como es la invasión de Ucrania, junto a Israel con Gaza y Líbano.
En el día de ayer hemos conocido que Biden, lejos de buscar la paz con el sanguinario Putin (como se prevé que haga Trump), ha enviado misiles de largo alcance a Ucrania para que puedan reconquistar los terrenos invadidos, y por si no fuera suficiente, han enviado una partida importante de “minas antipersonas” (que afectan más a civiles que a militares o mercenarios una vez llegue el ansiado post conflicto), “echando gasolina al fuego de Putin”, en lo que solo cabe interpretar como una clara provocación a quien le va la marcha bélica. En la misma línea se ha postulado el Reino Unido, y el incompetente presidente francés Macrón.
Sin duda, estamos en tiempos convulsos, raros, y alguien tendrá que explicarnos que está pasando en este nuevo “orden mundial” que no es capaz de aplacar los conflictos, evidenciando el fracaso de la política internacional al respecto y que poco hemos aprendido del pasado.
Lo lógico, y me parece de lo más normal, es que Biden y su Administración hubieran permanecido quietos en este mes y medio que le queda en la Casa Blanca, pero no tomar este tipo de decisiones totalmente improcedentes. Tendrá que explicar sus intereses, y los de su hijo en Ucrania, antes del conflicto, y porqué razón y dado que USA es el líder de Occidente respecto a bloque de Oriente (Rusia, China, Korea y los países islámicos, Irán especialmente), no han abogado por una paz razonada, paz que sin duda se alcanzará más temprano que tarde, cediendo territorios a cambio de otras materias, dando rienda suelta en estos 1000 días de conflicto a la venta de armas, mercenarios a cambio de perdida de vidas civiles y la ruina del país, especulación con materias primas básicas, como el petróleo, gas y cereales.
El nuevo orden mundial, como el viejo, en occidente está dirigido por políticos marionetas al servicio de las grandes multinacionales (en España el Ibex 35), fondos de inversión e imperios mediáticos, que han perdido la dignidad sacrificando la verdad a servicio de sus intereses, y en oriente, por Déspotas y como Putin, y los líderes del partido comunista chino y coreano, y por los Imanes del Islam, que además de hacer caja tratan de defender regímenes políticos inhumanos, donde la democracia es una entelequia.
Esto es lo que hay. Pero repito, alguien nos tendrá que explicar todo esto, así como el origen de la pandemia, su desarrollo y su gestión posterior, con los efectos colaterales que ha traído consigo, no solo en cuanto a vidas humanas, cambio de costumbres, y de mentalidad, sino los negocios que se han hecho por las farmaceúticas, los bancos, que han movilizado miles de millones en ayudas, las mordidas, y todo lo que ha traído consigo.
Se que es difícil, pero algún día sabremos quien o quienes han sido los responsables, y en este nuevo conflicto geopolítico (oriente vs occidente), al tiempo que el nuevo comunismo del siglo XXI, no está ya en la lucha de clases (a pesar de que siguen existiendo) ni en la religión como “opio del pueblo”, sino que, como han dicho algunos lideres mundiales, ahora hay otros fenómenos, como el feminismo (hombres frente a mujeres), cambio climático, o progresismo (sin concretar) y otras corrientes modernas del nuevo relato.
Lo cierto es que pretenden hacer del ciudadano no una persona, sino un número, un voto, un consumidor y un engranaje en favor del sistema, mas desinformado, pero sin duda hay muchísima gente con sensatez, que saben leer entre líneas y ello explica los resultados electorales recientes.
Lo de Biden y el Partido Demócrata en USA no tiene nombre, entraron como entraron y se van como se van (prendiendo la mecha ante el riesgo de un eventual conflicto nuclear).
