Hoy celebramos hoy día 6 de Diciembre en cuadragesimotercer aniversario de la Constitución, y desde luego los últimos años han sido muy convulsos para la misma, pues está recibiendo ataques (jaques) sin cesar por uno u otro motivo.
El mas reciente, por cierto de nuestro “paisano” Revilla que en uno de sus desvaríos manifestaba que era necesario formar una mayoría parlamentaria para “modificar la Constitución y obligar a aquellos ciudadanos que se resistan vacunarse”, lo que es un dislate más pues lo que pretende este señor es conculcar precisamente un derecho fundamental (Constitucionalmente protegido) del individuo a tomar decisiones más convenientes para su salud. Para los que conocemos el pasado preconstitucionalista y del antiguo régimen del Sr. Revilla, esto no pasa un exabrupto más de este individuo al que sí que habría que modificar la Ley para incapacitarlo políticamente, por su ineptitud.,
Decia anteriormente que la Constitución Española, alcanzada con loable consenso por todas las fuerzas políticas, esta siendo acosada por los cuatro costados en diferentes medios y ámbitos en su espina dorsal desde la territorialidad por las consabidas comunidades Catalana y Vasca, mediante la comisión por parte de sus máximos dirigentes un Delito de Sedición (Contra la Constitución), pasando por la monarquía parlamentaria, que es lo que define nuestro sistema político, aprovechando los desaciertos personales del rey emérito, el Poder Judicial, que se está viendo cuestionado también no ya por sus Resoluciones, sino por su controlo político, entre otros muchos.
Pero lo más preocupante, en mi opinión, ha sido el frontal ataque que hemos recibido los ciudadanos a importante número de derechos fundamentales durante la pandemia y post pandemia, no ya el que apuntaba de Revilla, “elegir lo más conveniente para la salud del individuo”, todos ellos al arbitrio de un Decreto declarado hasta por dos veces inconstitucional por el Tribunal del mismo nombre.
Pues bien, al amparo de dicha injusta norma nuestros Gobernantes, centrales y autonómicos, nos encerraron en nuestros domicilios, nos privaron de la libertad de movimiento, residencia, manifestación, circulación, expresión, etc, etc., creando un estado policial propio de regímenes dictatoriales y/o soviéticos, algo impensable cuando los padres de la Constitución la redactaron, medidas que se tomaban a imagen y semejanza del país de origen del extraño virus y de pensamiento único, y ello utilizando el miedo a la salud, para tapar sus carencias en la falta de previsión de estas situaciones pandémicas (que suceden cíclicamente, con mayor o menor intensidad), para empañar también la falta de infraestructuras médicas y hospitalarias de los países que se dicen más avanzados.
Por todo ello, creo que debemos mantener y defender la Constitución tal y como fue concebida, sin perjuicio de que pueda ser interpretada conforme a los tiempos. Lo que tenemos que hacer es respetarla, y que los poderes públicos sean los primeros en cumplirla.