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viernes, abril 19, 2024

«HOSTELERICIDIO»

En plena segunda ola del Covid 19, tuve que acudir hace unos días por motivos profesionales a Madrid, capital del reino, con casi 5.000.000 de habitantes, epicentro del Covid en la primera fase, y epicentro de la actividad política, económica y jurídica del país, y no tuve problema alguno en tomar un café, ni para tomar unas rabas en el interior de los Restaurantes de Madrid, de nuestro paisano Pacho Quirós que está triunfando a lo grande y llevando Cantabria con nivel y prestigio sin tanto alboroto, concretamente en “La Primera” de Gran Vía nº1, donde tuve la ocasión incluso de saludar, obviamente con mascarilla y la distancia prudencial,  al cocinero mediático Chicote.

De regreso a Cantabria, Comunidad con apenas el diez por ciento de la Capital Madrid, y con mucha más dispersión geográfica y con una magnífica sanidad como se demostró en primera fase, estamos sometidos a una serie de medidas impuestas (o al menos compartidas, y no contradichas) por el Presidente Revilla, y por el Consejero (de perfil bajo) que acabo de enterarme se llama Miguel Rodríguez (PSOE), tan absurdas como letales para un sector que va suponer una purga económica de más de un treinta o cuarenta por ciento antes de la Primavera de 2.021 con el desempleo que va generar a una Comunidad en caída y libre, y me gustaría mucho equivocarme, y ello por las siguientes razones:

a).- No se conoce que criterios manejan, ni quien asesora estas decisiones tan drásticas para los ciudadanos y la economía y por tal concepto me pregunto: ¿están consensuadas entre todas las fuerzas políticas parlamentarias, o incluso entre los socios de gobierno?.

b).- A quien se le ocurre confinar por Municipios, lo que provoca que se concentren en la capital el mayor número de contagios, al tiempo que impide a las personas sanas a acudir a sus segundas residencias, lo que en Cantabria, y dada la despoblación rural existe un riesgo de contagio mínimo, yo diría que nulo, porque somos más responsables de lo que se nos considera cuando de cuidar la salud se trata.

c).- En Cantabria, especialmente en la hostelería, y también a los demás sectores, permitir solo terrazas con la climatología tan adversa que solemos tener en Otoño-Invierno, es una entelequia o “irracionalidad” porque en el mejor de los casos y para los que disponen de ella (la mayoría de negocios no la tienen), es un eufemismo o un imposible, o concesión inútil,  puesto que no están preparados al no existir costumbre ni calefacción en espacios abiertos (con un coste adicional) dada la fuerte humedad, ni esto es el Mediterráneo. Es mas, yo diría que es un error o una decisión antieconómica porque, salvo rarísimas excepciones, tienes que tener plantilla y servicio que superara a los clientes. Dicho de otra forma, no es en absoluto rentable.

d).- Dadas las fechas, estamos en pleno temporal, y con esta singular medida (permitir solo terraza), va a ser peor el remedio que la enfermedad, los pocos valientes que salgan a tomar un café o unas rabas a una terraza, se están arriesgando a una neumonía tan grave o peor que la del Covid. Por tanto una temeridad a quien obliga a dispensar solo en espacios abiertos.

e).- La gestión que se está realizando es totalmente caótica, existe la improvisación y la desinformación elevado a la potencia,  nadie sabe nada, y yo al menos he contabilizado como cinco cambios de fecha con otros tantos de medidas a adoptar entre la permisibilidad del “toque de queda” y la “posibilidad de ocupar el interior” de los establecimientos. Hoy, casualmente, tras una significativa manifestación del sector ante el despacho de Revilla (no sabemos si estaría allí o con Pablo Motos) a pesar del temporal, se descuelgan con una prórroga de quince días más, cuando estaba previsto, bien para el día 11 o 14, porque no se aclaran.

  La pregunta que nos hacemos es ¿estos cambios obedecen a criterios científico-sanitarios fundados o son medidas vengativas para acallar-inquietar-hundir el sector ante las reiteradas protestas?. ¿Por qué se demoniza únicamente la hostelería y a la juventud? ¿Alguien, con criterios racionales normales me puede explicar que diferencia hay entre compartir un viaje en autobús desde Vitoria a Santander (y lo digo porque un familiar mío ha venido hoy) pegados, cuerpo a cuerpo, avión, centros comerciales, etc. y compartir mesa en un restaurante, con la ventaja en este último caso de poder respetarse las  las distancias prudenciales, bien ventilado?. Absolutamente ninguna.

f).- Existe una total desinformación sobre toda esta situación, y lo que nadie, con sentido común, entiende es que desde que estamos cuasiconfinados, el numero de contagios va en aumento. ¿Qué más pruebas se quieren sobre la incapacidad de estos dos señores, Revilla y Rodríguez?.

g).- Se da la circunstancia de que en Madrid, la ciudad más poblada de España, tiene menos contagios (en términos relativos) que Cantabria,  Pais Vasco y Cataluña, a pesar de haberse tomados medidas totalmente radicales contra la hostelería el sector más castigado. ¿Alguien entiende esto?.

Estas decisiones son tan absurdas, como ineficaces, como los hechos vienen constatando, y lo que es peor, mostrando una total falta de sensibilidad y nepotismo (como escuchar al manifiestamente incompetente Salvador Illa en el Programa de Jesús Calleja).

En definitiva, estamos en manos de unos gestores absolutamente incapaces para conciliar la salud de los ciudadanos de Cantabria, con la supervivencia de los sectores de la hostelería, comercio y demás industrias auxiliares. Esperemos que la ciudadanía tome nota, y que la suerte nos acompañe.

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