En la tarde de este jueves, segundo día de cónclave, y en tercera votación, el Cardenal Prevost, salió elegido como Papa con el nombre de Leon XIV, noticia conocida a las 7 de la tarde, como primicia mundial, en un evento que acaparó la atención de prácticamente toda la humanidad.
A partir de ese instante, todos los “vaticanólogos” se han puesto a trabajar para entresacar el perfil del nuevo Papa, y sin duda en días venideros nos ilustrarán sobre el antes y el después Prevost, y lo que la Iglesia y el mundo esperan de este mandato.
No me considero capacitado para analizar al nuevo pontífice, ni tengo datos al respecto. No obstante, cómo ciudadano educado en la Religión Católica, de la que soy fiel defensor y admirador, me gustaría destacar algunas cuestiones periféricas que invitan al optimismo en el período que para la Iglesia se abre a partir de hoy:
1º.- Se ha elegido a Prevost, Leon XIV, prácticamente en poco tiempo. Un solo día de cónclave, lo que indica que el “colegio cardenalicio” se ha puesto rápidamente de acuerdo.
2º.- Es un Papa “joven”. Sus 69 años de edad, unidos al aspecto de persona cuidada, nos lleva a pensar que es una apuesta de futuro importante. Dicho de otra forma, la Curia Romana ha considerado que tiene muchos años por delante para llevar a efecto (necesarias) “reformas” sustanciales, de lo contrario, y si hubieran apostado por el continuismo, el elegido hubiese sido un septuagenario u octogenario. No es el caso.
3º.- Domina siete lenguas. Es Agustino, Filósofo, matemático, y una persona preparada.
4º.- Su perfil psicofísico es interesante. Tiene cara de “listo”, “inteligente”, “templanza”, y leyó su primer discurso, lo que indica que es una persona reflexiva.
5º.- El hecho de ser norteamericano (el primero de la historia), es otro dato a considerar, en estos tiempos tiempos convulsos con la guerra económico-comercial en la que estamos sumidos con los aranceles de Donald Trump, lo que, a mi juicio, le genera una impronta y una posición carismática especial para impulsar el entendimiento y el dialogo.
6º.- Ha elogiado al Papa Francisco varias veces a lo largo de su discurso, como su valedor, y continuador de su legado, como un sector (progresista) de la sociedad mundial demandaba, lo que no esta mal. También ha pronunciado e invocado varias veces la palabra PAZ, lo que es una señal inequívoca de que esta será una de sus prioridades, como función esencial de la Iglesia Católica.
7º.- Hay quien además, como el gran vaticanólogo D. Juan G. Bedoya, que cree que el nombre elegido es una clave de futuro, especialmente sobre la clase trabajadora o los mas desfavorecidos y sus derechos, como hiciera su predecesor Leon XIII.
Lo cierto es que con Leon XIV, la Iglesia tiene que tomar un rumbo cara al Siglo XXI, y acabar la obra inacabada del Papa Francisco, en asuntos totalmente trascendentes. Se trata de un Papa relativamente joven, con ideas, con energía, y en su mano está llevar a la Iglesia al futuro. Le deseamos toda la suerte del mundo.