Entro en mi fase frívola. Aquí alguno de los modelos del besamanos.
Una de mis influencers de moda favoritas: Teresa Urquijo.
Decía uno de los grandes de la costura que no hay nada más fácil que vestir a una mujer negra, y nada más difícil que vestir a una sueca. “Le pongas lo que le pongas parece que va en bata de desayunar”.
A esta ilustre dama le pasa lo mismo, forma parte del segundo paquete pero tirando tanto hacia el borde que está a punto de caerse por la popa.
Se ha puesto una especie de kimono, dicen. Pero claro, es que no es japonesa ni mucho menos geisha. La prenda es de estilo oriental pero parece la bata de mi abuela comprada en mercadillo ( fijaros en los frunces que hasta mal patronaje y cosida está la prenda. Me ve mi madre con esto y me deshereda)
Pero en mercadillo de esos de “lo doy que lo tiro, lo tiro, señora, le doy cinco por el precio de uno”.
Como su esposo tiene varias hermanas a lo mejor se han quedado el lote entre todas. No sería de extrañar.
Además se lo ha puesto encima de uno de esos vestidos hippies que se ponían algunas hace años, y que se los ponía porque eran baratos y escondían los michelines.
No se sabe si tiene cintura o es de estilo imperio. Ni una cosa ni la otra, como si tuviera la cintura a la altura del esternón.
A lo mejor la tiene y por eso se le ha colocado ahí.
Acertó el modisto. Da la impresión de que ha salido en camisón con un salto de cama por encima porque acaba de llamar el lechero.
Dicen que los zapatos nude son muy sexys porque parece que vas desnuda por los pies y por algún sitio se empieza. Pero claro, si lo sumas a un traje de noche parece que te están desvistiendo, si lo sumas al camisón parece que acabas de salir de la ducha y no encuentras las chancletas. Este es el caso.
El bolsito parece el estuche de manicura y pedicura. Muy propio.
El conjunto un horror.
Esta dama nunca defrauda.
Otro día más «frivolité».



















