Por Marcelino Pérez.
La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha celebrado ya su primer consejo de gobierno y el ejecutivo regional comienza su andadura. Un análisis superficial del nuevo gabinete indica que Buruaga se ha rodeado de sus fieles y también que ha encontrado dificultades para formar un equipo brillante. Muchas personas de valía han rechazado nombramientos para consejería de peso, cosa que ya sucedió con otros gobiernos del PP.
Finalmente, el gobierno tiene experiencia y en conjunto parece eficiente. Sorprende que abunden los abogados y falten economistas, pero eso será subsanable si se organizan bien los segundos niveles, es decir las direcciones generales.
Queda por ver como quedan otros cargos, de menos relevancia política, pero decisivos en la marcha del gobierno: directores de empresas públicas, asesores, etc.
Una operación que, según algunas fuentes, está en marcha es la de formar, casi en secreto, un equipo de expertos que asesoren a la presidenta y que no tengan visibilidad. Buruaga se ha dado cuenta de que tiene en Cantabria personas que han tenido responsabilidades en empresas importantes o en la propia administración y que o bien están jubilados o ya han completado su carrera profesional. Sería un “senado” oculto que podría ser a Buruaga como un órgano de consulta y apoyo.
Una de las claves para la marcha del equipo de Buruaga es la posición que adopte el PRC. Los regionalistas han permitido que Buruaga llegara a la presidencia sin los apoyos de VOX, pero al no tener mayoría, dependerá constantemente bien del PRC, bien de VOX ya que los socialistas saben que su papel es el de jefes de la oposición.
La elección, inminente, del senador autonómico será una piedra de toque. Los votos de los cuatro diputados de VOX pueden ser decisivos ya que podrían cerrar el paso al candidato del PRC, que contará con el apoyo del PSOE y de esa forma poner en evidencia la debilidad del gobierno en solitario.
En determinados mentideros santanderinos -que los hay- se especular con que el PP trata de ganar tiempo para superar las elecciones generales del domingo 23 de julio. Tras esos comicios podría acelerarse un acuerdo estable de gobierno entre el PP y Vox, de forma que exista un equipo estable al frente de Cantabria.