Por J. Lavín
Hoy se estrena “Josu Ternera” en el Festival de Cine de San Sebastián, respaldado por Netflix. Una entrevista realizada por el ya afamado buscador de oro en los ríos que desembocan en el mar de la baja moral, el señor, por darle un calificativo, Jordi Évole. Un fiel y buen vasallo de los discursos oficiales del “lado correcto”, equidistante, contemporáneo y fluido.
¡Que les voy a contar que ya no sepan!.
Democracia Libre, esas dos palabras que sirven para defender lo indefendible, que están siendo usadas para reforzar esta “magnum opus” de la ignominia, que atenta contra el respeto a los fallecidos por ETA y que desacredita cualquier voz que esté en contra de su opinión y que si por algún casual, no sube usted a lomos de esa burra, será catalogado como rancio y retrógrado. Aquí el género fluido no será activado, esté tranquilo, el rancie, retrograde…, será olvidado.
Y líbrese usted de tener, por muy pequeño que sea, un ligero apego por el conservadurismo, es entonces cuando le colocarán la etiqueta de fascista. Aquí tampoco se activará el género fluido.
Volviendo al tema que nos concierne hoy, la realidad de todo esto no es protestar y sentirse ofendido porque Netflix produzca este documental de un asesino, que también. La idea principal es el hecho que un festival en el País Vasco, territorio Español, subvencionado por todos los Españoles, de homenaje a la entrevista de un criminal sin arrepentimiento ni dolor a las víctimas del terrorismo.
Aquí la libertad de expresión artística no puede estar por encima de la dignidad de tantas personas asesinadas por este CRIMINAL “liberador del pueblo vasco”, aún menos por encima del respeto al dolor de las familias.
Párense a pensar lo que debe de ser estos días pasear por la bella San Sebastián y encontrase con los carteles publicitarios de esta “peli” donde el protagonista te dejó viuda, huérfano o te hizo perder a tu hijo. Se me rompe el alma por completo, imagino que a ustedes también.
La historia es tener la brújula moral bien calibrada, es por ello que aquí les dejo «27 Minutos”. Un cortometraje impactante de bajo presupuesto y sin ayudas públicas, sobre uno de los crímenes más atroces de ETA en respuesta al documental de Ternera.
Durante veintisiete minutos, en el tranquilo pueblo de Beasain, Guipúzcoa, resonó de forma constante e insoportable el claxon de un vehículo. Sin embargo, durante ese mismo periodo, ninguno de los residentes se acercó para socorrer a Antonio Ramírez, quien agonizaba después de ser ametrallado, cayendo sobre el claxon de su viejo Renault 5 naranja. Tampoco pudieron ayudar a su novia, Hortensia González, cuya vida se escapaba tras recibir diez impactos de bala durante la trágica noche de Reyes en 1979, perpetrada por los etarras.