Por Marcelino Pérez
Tras unos meses de silencio, vuelvo a escribir en Cantabria Press, un diario abierto, libre y lleno de información.
El Hospital Valdecilla de Santander se reconstruyo en el mismo solar en el que nació hace ya casi cien años. Fue un error cometido por el gobierno regional y nacional y basado en la oposición de la izquierda que argumentaba que si se levantaba un nuevo Valdecilla fuera de Santander, ese solar sería pasta de la especulación.
Ahora se sufren las consecuencias. Cualquier mañana el viaje a Valdecilla SUR, donde se realizan cientos de consultas diarias en diferentes especialidades, demuestra que el traje ya se ha quedado pequeño.
El aparcamiento subterráneo, de pago, es caótico y cuesta mucho circular por él para encontrar, con suerte, una plaza pensada para coches de los años sesenta en los que cuesta aparcar un automóvil un poco grande.
Cuando se acude con personas enfermas, cuesta caminar desde donde se deja el coche hasta la puerta de entrada y una vez en el interior las aglomeraciones son constantes. Se percibe la carencia de espacio suficiente.
El acceso en coche es complicado, con una turbo rotonda siempre atascada y con apeas espacio para dejar paciente en la puerta. Aparcamiento, como ya se ha dicho, confuso, escaso e incluso peligroso.
La atención médica es buena y se ve a unos profesionales entregados a su tarea… pero el continente se ha quedado insuficiente.
Ahora se comprueba que habría sido mucho mejor edificar un nuevo hospital con amplios aparcamientos, con una estructura moderna, con facilidad en el acceso tanto en automóvil como en tren y quizás en un lugar entre Santander y Torrelavega que permitiera un centro sanitario más eficiente y con mejores servicios.
Uno autobuses lanzadera desde Santander y Torrelavega, gratuitos, pondría Valdecilla al alcance de cualquier cántabro.
En su día se cometió un error y ahora pagamos las consecuencias.