Ayer, el especial sobre la DANA puso los pelos de punta.
No solo vimos, al poner datos ciertos y comprobados como, conforme se iba agrandando el peligro, los que podían hacer no hicieron nada, sino que tuvimos que asistir al IMPRESIONANTE CINISMO de un consejero de la Generalitat Valenciana.
Por ejemplo: La Confederación Hidrográfica del Júcar dijo que caerían 195 litros por metro cuadrado. Cayeron 700.
Hubo que corregirle: lo que dijo la CHJ fue que caerían A PARTIR DE 195. Es decir que se podía esperar cualquier cifra por encima de esa.
Las asociaciones de víctimas mortales habían dicho que no habían sido recibidas por Mazón. El consejero dijo que “Mazón las había recibido en varias ocasiones “ ¿Quién de los dos miente y qué interés tendrían las víctimas en negar una reunión que se habría producido?
Argumentos del tipo de : “¿De quién son las carreteras? Del gobierno de la nación , luego lo que suceda en las carreteras, por ejemplo, muertos por una DANA, son responsabilidad del gobierno de la nación.
Es como si, ante un desaguisado producido en un quirófano porque el cirujano que entró en él, habiendo aceptado y cobrado por el puesto de cirujano, luego dijera que no tenía ni idea de cómo proceder, y echamos la culpa al responsable de mantenimiento del hospital.
Acusó de mentir a la Delegada del Gobierno poniendo en sus labios palabras que no habia pronunciado ante la jueza.
Acusó de las decisiones que se tomaron en el CECOPI precisamente a los cuatro miembros del gobierno central que fueron expulsados de la reunión por la vía de “pasar a negro”, dejarlos sin información y sin posibilidad de intervenir en las horas cruciales. Y les acusa bajo el argumento de no haber asistido presencialmente, cuando se acordó realizar la reunión on line para estos miembros y esa fue la convocatoria de quién presidía el CECOPI.
Les pasaron a negro para que no se enteraran de lo que se estaba hablando y hoy sabemos que lo que se imponía era retrasar la alarma.
Fue una serie de mentiras, disculpas burdas y un ejercicio de cinismo de tal alcance que dejó a Xavi Fortés noqueado.
Espero que hoy, Fortés vuelva a entrevistar, dando derecho de réplica a los aludidos.
Resulta sorprendente que un periodista experimentado como Pablo Montesinos argumente que “bien, tenía la responsabilidad Salomé Pradas y Carlos Mazón, pero l sí ellos no actúan, ¿por qué no lo haces tú?”
Porque, en las instituciones, la toma de decisiones no se hace así. El botón de la alerta lo tenía la señora Pradas, no lo tenía la Delegada del Gobierno, igual con la autoridad sobre los bomberos o las policías locales.Y tenía el botón de pedir la intervención de la UME , algo que tampoco quiso en horas cruciales y para todo el territorio.
En una situación de crisis no puede venir un intruso, dar un empujón al que tiene el mando y decir: “ahora mando yo”, primero porque los técnicos no le obedecerían y , sobre todo, porque el caos que se crearía ante órdenes contradictorias agravaría la situación.
Si en un avión se desmaya el piloto y un pasajero sabe pilotar puede intentar coger los mandos. Pero si no se ha desmayado, sigue en su puesto y al final se ve que su pilotaje fue un desastre, a nadie se le ocurriría proponer que un pasajero le dé un empujón y se ponga al mando.
Porque solo el piloto sabe lo que está haciendo y las herramientas que tiene para intervenir.
Todo lo que estamos viendo con la DANA y las respuestas de los que , siendo responsables tomaron decisiones negligentes con resultado de 228 muertos, nos tiene que llevar a esta conclusión: algunos son como son y no van a cambiar. Vienen a lo que vienen: robar a manos llenas y como un mastín defienden su hueso y no se lo van a dejar arrebatar..No tienen ninguna necesidad por la verdad ni por la coherencia. Para ellos, que llueva o haga sol no es algo que deba ser comprobado, basta si es o no lo que les interesa.
La pregunta no es por qué algunos hacen lo que hacen sino por qué otros, como la izquierda que se queda en casa a la hora de votar o los que se pelean impidiendo la unidad porque mi jefe viene antes que el tuyo, se lo permitimos.
Hay seres humanos que viven en un mundo de señores y vasallos y son felices en él siempre que tengan al menos uno por debajo frente al que ejercer de señor. Nadan en el lago de la desigualdad, la mentira, y el vasallaje frente al amo del castillo. Esos no cambian aunque les vaya la vida en ello.
La pregunta es por qué, los que ven las cosas de otra manera, se dejan adormecer y permiten con su abstención, su silencio, o su resentimiento, que el mundo siga funcionando así.
Coco Bari © © ®