El próximo mes de marzo se cumplirán tres años del inicio del confinamiento por el Covid 19, circunstancia que propició el teletrabajo en diversas actividades, fundamentalmente burocráticas o de gestión (es imposible teletrabajar para un albañil poner ladrillos desde casa), especialmente en la función publica.
Como digo, a pesar de que han transcurrido tres años, recalco, y el covid afortunadamente ha dejado de ser la noticia que abre los telediarios, y ello debido a la vacunación masiva, y al control de la enfermedad, al menos en nuestro país, vemos que en la mayor parte de la Administración permanece el teletrabajo, de tal manera que para una gestión en Tráfico, un apoderamiento en los Juzgados, una gestión en Hacienda o la Seguridad Social hay que pedir cita previa, via telematica, argumentándose que el funcionario (a) de turno está “teletrabajando”.
Es decir, no entiendo y sigo sin entender que en las circunstancias actuales los funcionarios no estén en su puesto de trabajo y a pleno rendimiento durante su jornada laboral (sin perjuicio de la cita previa, mas que nada, como medio de gestión), lo que redundaría sin duda en beneficio del ciudadano por su efectivad,, productividad laboral y servicio.
En la esfera privada, el teletrabajo se da en muy raras ocasiones, por lo que en mi opinión cuanto normalicemos todas estas cosas, mucho mejor en todos los sentidos. Creo que alguien debería poner coto a estas situaciones, que deberían ser limitadas y excepcionales.