Ya he manifestado en muchas ocasiones, que vengo siendo lector del diario “El Pais” desde su fundación en 1976, tras tomar el relevo del Periodico “Informaciones”, medio que en Wikipedia se autodefine como de “centro izquierda”, mientras que en la edición impresa en su primera pagina (portada) como “el periódico global” lo que no deja de ser curioso.
Soy de la opinión que, independientemente de la línea editorial de los distintos medios de comunicación, deberían desprenderse de estos calificativos y más en los tiempos modernos, donde los propietarios no son románticos empresarios, sino que son las empresas del Ibex 35, como el Banco de Santander, Telefónica y potentes Fondos de Inversión Internacionales entre otros, que creo tengan poco que ver con lo que entendemos por “centro izquierda”, lo que no deja de ser un eufemismo.
Es cierto que El Pais, desde hace varios años, tras el fallecimiento de Polanco, lleva un camino errático, no encuentra un director estable que lo prestigie (en los últimos años en torno a cuatro), y más desde su alejamiento de su ex director (hoy honorífico) Juan Luis Cebrián.
Es cierto que hay secciones que mantienen cierto nivel, como son Deportes (especialmente mi admirado en ciclismo y atletismo Carlos Arribas), Economía, Cultura, y poco más, el resto es fiel a un sectarismo a mi juicio preocupante.
El colmo último, y es por lo que ya creo que la situación es preocupante, ha sido la publica y expresa dilapidación del mítico guitarrista “Eric Clacton”, considerado el segundo mejor de la historia después de Jimmy Hendrix, según la mejor revista Rolling Stone.
El motivo del linchamiento efectuado en la edición del Lunes día 31 de Julio del corriente año 2.022, ha sido, al parecer, el posicionamiento del excelente, único y genial guitarrista en contra de la vacuna frente al Covid 19, tachándole de “negacionista y conspiranoico”, epítetos con los que se califica por el oficialismo (globalismo) a todo aquel (lla) que se manifieste en contra de la vacuna, propio de una información sectaria y sumisa a los magnates propietarios del periódico, que también lo son también de los laboratorios que la fabrican las vacunas, en el nuevo organigrama oligarquico mundial en el que estamos inmersos, lapidando al adversario con sistemas propios de Stalin.
Se ceban con Eric Clacton, que por cierto se administró las dos primeras dosis de la vacuna, se mostró adverso a la misma por los efectos negativos que le provocaron (por tanto no fue un capricho), constituyendo el comienzo de su cruzada, cuando contó lo mal que lo había pasado después del segundo pinchazo y lo manifiesta de la siguiente forma: “la reacción fue desastrosa: mis manos y pies estaban congelados, entumecidos o ardiendo, y prácticamente inútiles durante dos semanas. Temí que nunca volvería a tocar (sufro de neuropatía periférica: nunca debería haberme acercado a la aguja), pero la propaganda decía que la vacuna era segura para todos...”.
El hombre (en este caso el genio de la guitarra) cuenta su experiencia en términos racionales, y muestra su desacuerdo con la misma porque estamos en un mundo libre, por tanto:
1ª).- El guitarrista, hay que decir en su favor, que se sometió a la vacunación, por consiguiente sus opiniones no fueron caprichosas, sino que fueron realizadas con conocimiento de causa, a raiz de los efectos adversos padecidos intuitu personae por la dichosa vacuna.
2º).- Pero lo dramático del caso es que, por el mero hecho de discrepar y justificar en carne propia los efectos adversos que le provocó la vacuna, es tildado por un medio supuestamente independiente y liberal -y desgraciadamente poco democrático (y por todo el sistema tras la que se ha liado) no solo totalmente en contra-, de demente, conspiranoico, negacionista, todo ello a página completa, postura por parte del periodista, o mejor dicho, de un sumiso a la doctrina dominante, de total falta de profesionalidad y vasallaje.
Pero no queda ahí la cosa. Si leemos toda la noticia, comprobamos que se hace referencia incluso al hecho del que Eric Clapton, a raíz de este suceso, ha decidido iniciar por primera vez y en el crepúsculo de su carrera, lo que el denomina “canción protesta” contra todo esto que pasando, llamándome la atención que el periodista, un absoluto don nadie, que al parecer se llama Carlos Marcos (anti todo, incluso contra Neil Young también), pretende rebajar a la miseria a un genio de la guitarra como el que nos ocupa, censurando incluso su calidad musical, sus composiciones artísticas, tratando de dilapidar toda una extraordinaria carrera de un genio de la guitarra simplemente por manifestarse y decir lo que piensa, con fundamentos, como si no tuviera derecho a discrepar, lo que me parece extraordinariamente grave.
Creo que “El Pais” debería tomar nota y expulsar del periódico a este imbécil (discúlpenme), por total falta de rigor, por falta de profesionalidad, por atentar con la libertad de opinión (también la de expresión), por sectarismo nazi, estalinista, y sobre todo por ser un auténtico incapaz para su trabajo, que debería ser informar con objetividad, transparencia y no dejarse llevar por fobias y no ser injusto con un talento al que debería tratar de “usted”, como le dijo Cruiff a Valdano. La carrera de Eric Clapton está por encima de individuos como este tipo, un autentico mindundi al que no conoce nadie, que no han empatado contra nadie, y que únicamente será mínimamente conocido precisamente por atacar a Clapton.
Eric Clapton, como todo ser humano, tendrá -tenemos- obras buenas o menos buenas y sus errores, pero nadie pone en cuestión que fue el mejor de su tiempo y al menos el segundo de la historia, por tanto respetemos su figura, que la crítica sea constructiva, profesional, no porque se manifieste siquiera políticamente en contra de algo vaya a desmerecer todo lo artísticamente conseguido como hace este “ruin mental”, por lo que me ha parecido patética la información de este junta líneas absolutamente impresentable.
No es un caso aislado. El País, no va bien. Por tanto, si conectamos este episodio con las noticias que abren diariamente sus portadas, como los casos de pederastia de la Iglesia, el Comisario Villarejo, las fiestas de Boris Johnson, etc (contra lo que no estoy en contra, pero en su justa medida, pues hay otros temas mas acuciantes, como el paro, la carestía de la vida, la luz, el gas, la gasolina, etc,,etc,), detecto ya un periodismo paroxista, o información rancia, de perfil muy bajo, impropio de un periódico que en su día tuvo enorme prestigio y fue de los mejores de Europa, no solo daba beneficios por su profesionalidad, rigor y seriedad, porque, no nos olvidemos, el trabajo bien hecho (sea el que sea) siempre es rentable; lo que no vende es quien ha perdido su identidad, porque ha vendido su alma al diablo, o porque sus profesionales ya no dan la talla, y además está en bancarrota, por algo será.
Esto es lo que detecto en un periódico, un medio, que fue de los mejores del mundo, y ahora está en caída libre. Una pena.