Por Pedro L. Abascal
El gobierno de España y el PSOE han iniciado una campaña que tiene como objetivo desprestigiar a los medios de comunicación, especialmente a los que como CANTABRIA PRESS no están alineados con ningún partido ni tienen, aún, una trayectoria histórica. Los ejemplos que contradicen esa tesis son numerosos, cada día más.
Un caso que demuestra el valor de los medios considerados “menores” lo ha recordado la periodista madrileña Ketty Garat que estuvo en Santander la pasada semana.
Ketty Garat denuncio, hace más de dos años los negocios y prebendas del entonces ministro Ábalos. Destapó el piso de lujo para tratar con “señoritas”, el piso puesto a la amante de Ábalos, Jessica y otros tratos irregulares.
La respuesta de los socialistas y del gobierno fue de desprecio e incluso de hacer bromas hirientes hacia Ketty insinuando que estaba loca y que lo que publicaba en The Objective era información basura.
Ahora, cuando se han confirmado y ampliado las informaciones de la periodista nadie ha pedido perdón, ni siquiera esta siendo señalado como un político inútil, porque lo lógico en democracia es que, ante una denuncia contra un ministro o alto caro, se haga una investigación interna y si la información es falsa se denuncie y si es verdadera se adopten las medidas oportunas. El desprecio al trabajo de los informadores no es más que una formade proteger posibles conductas reprobable e incluso delitos.
¿Qué medidas adoptara el PSOE contra los que insultaron a Ketty Garat? ¿Qué mecanismos se han puesto en marcha para evitar que se repita un caso similar?