Por un STV
Las casetas son una nueva tradición de julio en Santander, especialmente durante la Semana Grande.
Ayer, domingo, las casetas aparecieron en varios puntos de la ciudad. Lo que fue una novedad que sirvió de acicate para dinamizar las fiestas, es ahora pura rutina.
Estas casetas suponen ampliar el espacio dedicado a la hostelería, lo que es positivo, pero degrada los niveles de calidad e higiene de la hostelería.
Una vez superada la pandemia, con las terrazas ampliadas al máximo, es el momento de repensar esta iniciativa que puede presentar más aspectos negativos que positivos.
Las casetas vuelven y habrá que ver qué papel juegan en la Semana Grande.