Por un STV
Las calles de Santander son cada vez más anárquicas. A cualquier hora vemos coches y furgonetas en doble fila, que generan atascos y problemas.
El cruce de la prolongación de la calle Guevara con la calle Cervantes es un ejemplo. Constantemente el carril derecho está ocupado por vehículos que impiden el acceso al semáforo y que provocan retenciones y problemas.
Esa situación se repite por cualquier lugar de la ciudad y nunca, nunca, ni siquiera por casualidad, aparece un policía municipal para sancionar y poner orden. Con esa elevada permisividad proliferan cada vez más los aparcamientos en doble fila y que los vehículos de reparto paren en medio de la calle “solo un momento” para descargar mercancías.
La normativa de carga y descarga es simplemente papel mojado. El gobierno municipal debería atajar, o la menos minimizar, está situación y para ello es preciso que unas patrullas, a pie, de policías municipales actúen.
Cuando se quiera obstaculizar el tráfico es suficiente con que el agente ordene no detenerse y de esa forma, evitar problemas. Las multas son también otro elemento a utilizar.
Los trabajos de carga y descarga deben hacerse en horarios acotados y en los lugares indicados. Lo cierto es que cada día es más complicado circular por las calles y los santanderinos se preguntan ¿Para qué sirve la policía municipal?
Este verano el caos circulatorio puede agravarse y colmar la paciencia de los santanderinos.