Por Marcelino Pérez
La ruptura del contrato de limpieza de Santander y recogida de basuras se rompió de forma unilateral por parte del Ayuntamiento con la empresa adjudicataria, la cántabra Ascan, para otorgar el contrato millonario a un grupo vasco, la firma Compañía De Servicios Públicos Auxiliares S A con sede en Vizcaya.
Basta con consultar en internet Cespa para ver que publican que su dirección es Beurkozarra Kalea, 13, 48902 Barakaldo, Bizkaia.
No se trata de defender a las empresas de aquí por encima de otras si ofrecen mejores condiciones, pero romper sin acuerdo un contrato en vigor para adjudicar sin concurso, es decir a dedo, la contrata a una compañía de servicios vasca tiene poca justificación.
Y todo ese movimiento auspiciado por el interés de Ciudadanos en imponer una serie de cambios a las medidas adoptadas por el PP. Ciudadanos debería explicar la razón por la que los millones que cuesta el contrato de limpieza de Santander han pasado de un grupo cántabro a uno vasco.
No parece que el Ayuntamiento de Santander defienda a quienes trabajan en Cantabria y pagan aquí sus impuestos. ¿Se imaginan una situación similar en Bilbao o Baracaldo? ¿Piensan que un ayuntamiento vasco rescindiría sin acuerdo un contrato con una empresa vasca para darlo a dedo a una cántabra?
Guillermo Pérez Cossío, el concejal de Vox en Santander, ya ha mostrado su malestar y discrepancia con la decisión del equipo de gobierno santanderino por este cambio en la contrata de limpieza que se ha llevado a cabo de manera abrupta, sin acuerdo y que genera incertidumbre.
El PP santanderino se agarra a cortoplacismo del respaldo de Ciudadanos y obvia el futuro que posiblemente resida -guste o no- en el apoyo de Vox. Ciudadanos, según todas las tas, es un partido zombi que funciona con unos votos que es muy posible no logre revalidar en las próximas elecciones.