Incido sobre este asunto de la hostelería y también el comercio porque me parece sangrante, y al tiempo injusto, el “sacrificio” (en su mas amplio sentido), al que se está sometiendo a este importantísimo sector de la hostelería en nuestra sociedad por la trascendencia económica y social que tiene, y ya son muchas las voces desde todos los ámbitos que vienen sembrando la alarma para evitar lo que puede ser una catástrofe del mismo.
Tanto la clase política central como la autonómica, y queremos poner el énfasis sobre esta última que nos toca más de cerca y de la que el máximo responsable es el Presidente REVILLA (que escurre el bulto), están dando muestras de una total insensibilidad tomando medidas totalmente desproporcionadas con este sector, al permitirse únicamente la apertura a establecimientos con terraza, lo que representa menos del 30 por ciento del total. El resto se ven obligados a cerrar a cal y canto, con la particularidad añadida que las terrazas en Cantabria se ven muy condicionadas por la climatología propia del norte.
Desconocemos que criterios técnico-sanitarios maneja el Sr. Revilla, y su Consejero de Sanidad, para cebarse exclusivamente con este sector, donde está perfectamente contrastado por el propio Ministerio de Sanidad al que atribuyen únicamente el 3,3% por ciento de los contagios, es decir, una cifra insignificante con el riesgo en otros sectores, dado que en Cantabria se focalizan en las Residencias de Ancianos, Colegios y otros espacios a los que, evidentemente hay que proteger, pero no este al que se focaliza de forma exclusiva.
En las comunidades de nuestro entorno, Pais Vasco y Castilla y León, por no citar Madrid, se permite la explotación del interior, algo que aquí sorprendentemente no se ha hecho ni se vislumbra a corto plazo, lo que es una insensibilidad con el sector y su puntilla, y todo ello, repito, para justificar la clase política una toma de decisiones fáciles, sin venir suficientemente fundamentadas al no justificar en qué parámetros técnicos se sustentan ni si las mismas son proporcionales al daño que se está causando no solo al sector sino a la ciudadanía que sabrá acudir a dicho servicio de forma responsable. Estamos viendo que la gente quiere salir y socializar, y se ve obligada a hacerlo en las pocas terrazas, a la intemperie, y apiñadas. O sea es peor el remedio que la enfermedad.
Por qué razón no se permite a Restaurantes y hoteles que dispongan de varios salones interiores, con una distancia prudente en la utilización de las medidas y distancias de seguridad?, todo ello sin olvidar que muchos de los usuarios ya vienen juntos en sus vehículos, o de su casa a compartir mesa en un bar, restaurante, o incluso al comercio, como sucede en las grandes superficies o transportes públicos. También debe ir acompasada de campañas de utilización responsable por parte de los clientes y usuarios, no con decretazos ni sanciones.
El sector hostelero ha sido clave durante las últimas décadas para convertir España (y lógicamente Cantabria) en la mayor potencia turística mundial a través de sus más de 300.000 establecimientos por todo el país.
Según todos los analistas, por ejemplo el Diario “El Economista”, y hoy sábado el Diario “El Pais” (medio que está alineado con el actual Gobierno, y por tanto nada sospechoso en cuanto estos datos), publican que el pasado ejercicio (2019) se facturaron 130.000 millones de euros, y este año representando más del 8% del PIB, con 1.100.000 puestos de trabajo (directos e indirectos , y calculan que este año cerrarán el 30% de los negocios, lo que representan 100.000 establecimientos, con un potencial de perdida de 400.000 puestos de trabajo. A ello hay que añadir las derivadas para el Canal de Distribución Alimentaria (HORECA).
Pues bien, con todo este escenario, el Gobierno de la Nacion publica o anticipa hoy la aprobación de un Decreto el próximo Martes, cuya “medida estrella” es la rebaja del 50% de los alquileres para los establecimientos, con ventajas fiscales para los propietarios, lo que solo se puede calificar de DISLATE, al tratarse de una medida totalmente inocua, que no solo no salva al sector, puesto que la mayoría de los arrendadores, sensibilizados con la desgracia, habían acordado rebajas en este sentido, pero ahora se les obliga mediante dicha futura Resolución, lo que para muchos será un perjuicio, pues puede resultar su única fuente de ingresos.
Ademas se presume, según la Exposición de Motivos, de que no hay costo para las arcas publicas. Pero vamos a ver, esto es una auténtica insensatez, y hay que enmarcarla dentro del marketing que viene utilizando este Gobierno para confundir a la gente. Esta medida no sirve absolutamente para nada, porque no estamos ante un problema de costos (con ser muy importante, ni financiero como sucede con otros sectores, estamos ante un tema de “ausencia forzada de demanda”, es decir, aunque se condonen las rentas (pongamos por caso) no se soluciona el problema, porque las medidas que están adoptando, especialmente en Cantabria, son cerrar los canales de negocio, privar a la gente de la utilización del servicio, por lo ante una falta de demanda (impuesta) por los responsables políticos los ingresos son CERO. Esto es elemental.
Y si se persiste en la adopción de estas medidas bajo cuestionables razones técnico sanitarias (en todo caso opinables), hay que compensar a los establecimientos con indemnizaciones que les permitan atender los gastos mientras permanecen cerrados, y por supuesto un mínimo que les permita mantener a sus familias (no solo el ERTE de los trabajadores) sino de los propios empresarios que también tienen familias que mantener.
Lo que tienen que hacer es apoyar este sector, como se venido haciendo tradicionalmente con otros sectores (por ejemplo el industrial las famosas reconversiones, la minería, la banca, el automóvil, el sector aeronáutico, o la subvención al cine, a la moda, etc., etc.) que para eso está el Estado para apoyar segmentos trascendentales para nuestra económica, y como decía antes, el de la hostelería constituye la piedra angular del Turismo (no olvidemos que constituye nuestra principal fuente de ingresos), por lo que dicha medida deberá venir acompasada de rebajas no solo en la Renta de los locales (¿qué pasa con los que tienen préstamo hipotecario o leasing?, sino en otro aspectos gravosos como la Seguridad Social, con exenciones mientras dure el cierre por la pandemia, en las Declaraciones Fiscales y tributarias (IVA y SOCIEDADES) como se ha hecho en toda Europa menos aquí, y no castigar a este sector al que le ha sometido a bestiales Inspecciones Tributarias, Laborales y Sanitarias cuando las cosas iban bien.
Por eso toca desde el Estado apoyar con medidas eficaces, en lugar de quedar bien con un Decreto que trata de “ayudar” (sin efectos prácticos) en una parte insignificante como es una reducción del 50% del alquiler a costa de los propietarios, o sea “vestir un santo para desvestir otro”. Esto es un disparate.
